jueves, 1 de marzo de 2012

Yelmo. Noelia Rivero

Balance en Pitta Dosha

I

Sigo el silencio del cual surge la vida de las máquinas
fantasmas en perfecto estado de beatitud
desde el fondo del corazón de la casa o cueva marciana, el fuego pálido del aire rojo reproduce una música,
una máscara dorada
ojo-oído-mente
y aparezco en el cartoon
donde el lobo es bonzo y desde el infierno subo con trompeta de jazz,
con el tarareo del ángel, del humano mío roto y vuelto a juntar
en las pupilas de hermosos animales
que me hicieron pastora, de aquellos, los tiempos que nunca existieron
y por eso aún deseo la guerra.


II

Que sea un Dragón
y por la noche veneremos el agua lenta
de huevos que beben barro y brillan fecundos.
¡Este es un pozo con cienmil pájaros,
con cien mil puñaladas pequeñas en el lomo!
-“Marco”
-“Polo”
las hermanas que juegan en la orilla en mi cuadro son Afrodita y su gato de oro
fuera del Olimpo, de las ideas

Marte, Mercurio, mi estómago, el mediodía, la sal,
la trayectoria de una flecha:
Amor viene a derrumbarme.


III

Tiempo en que la luna me sopla su mirada baja,
vuelve
(no de transformar si no de volver a ser, de cruzar una habitación larga en dirección firme, sin conciencia de sí, hasta que aquélla…)

ancha espada
mi corazón

¡álzate mar!
¡sean caníbales las amapolas!

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