domingo, 27 de noviembre de 2011

Brindamos

Por los títulos publicados de la Segunda Convocatoria y presentados en el mes de abril de este año en Purr:

Alejandro Berón Díaz. De increíbles maderas te quiero encender.
Claudia del Río. Sementar.
Francisco Muñoz. Los fucking days.
María Guerrieri. Los bucles del cerebro.
Pablo Galerna. Lumbre de los días.
Santiago Carmona. Poemas, cefaleas y otras monsergas.
Tamara Domenech. Las obras de arte en mi vida.

Por el Ciclo: Antología de Poesía en Vivo "disposiciones de la amistad" realizada durante el mes de septiembre en Purr que tuvo como invitados:

Antolín/ Facundo R. Soto/ Jimena Repetto/ Jonás Gómez/ Paola Ferrari
Daniel Schiavi/ Marina Mariasch/ Noelia Rivero/ Paula Peyseré
Eduardo Espósito/ Gael Policano Rossi/ Luciana Caamaño/Paz Levinson/ Paz Garberoglio/ Romina Freschi/
Karina Macció / Germán Weissi/ Laura López/ Marina Gersberg/ Sol Echeverría/ Walter Álvarez/ Cristina Coll y Maja Lascano/ El Forastero

Por la muestra “Refracción entre la pintura y la escritura” que reúne a los siguientes artistas:

Alelí Manrique/ Javier Sayavedra/ Juan Rux/ Laura López/ Marina Bandín/ Maximiliano Ocampo/ Norberto José Martínez/ Tamara Domenech/Eugenia Jolly/ Eugenia Cobos.

Por los títulos seleccionados en la Tercera Convocatoria que presentaremos el próximo año:

Bárbara Belloc. Post Res Perditas.
Florencia Fragasso. Sinestesia.
Gael Policano Rossi. Zombies.
Mariela Arzadun. Lo negro sabe volar sin amo.
Noelia Rivero. Yelmo.
Paula Peyseré. Predicciones.
Romina Freschi. Córdoba (en la Casa de Fernando).
Sol Echevarría. Los acuáticos.
Valentina Nicanoff. Me pregunto dónde estoy.
Vanna Andreini. Salud familiar.

Por la construcción de una comunidad en tiempo real/Los regalos como gestos fundamentales que nos descentran/ Por muchas sorpresas para todos el próximo año!

Chin Chin!!!

Canta Eugenia Cobos

Lee Tamara Domenech

Lee Norberto Martínez codirector de 4Gatos -Haedo-

Lee Juan Rux organizador de Festín Mutante -La Plata-

viernes, 14 de octubre de 2011

Convocatoria 2011/Autores Seleccionados

Bárbara Belloc. Post Res Perditas

Florencia Fragasso. Sinestesia

Gael Policano Rossi. Zombies

Mariela Arzadun. Lo negro sabe volar sin amo

Noelia Rivero. Yelmo

Paula Peyseré. Predicciones

Romina Freschi. Córdoba (en la Casa de Fernando)

Sol Echevarría. Los acuáticos

Valentina Nicanoff. Me pregunto dónde estoy

Vanna Andreini. Salud familiar

lunes, 26 de septiembre de 2011

Fin: Poema Colectivo

Intervención musical y poética a cargo de El Forastero

Laura López

Marina Gersberg

Sol Echevarría

Performance de Cristina Coll y Majo Lascano

Walter Álvarez

Poetas amigas de Karina Macció leen sus poemas

Felipe Quezada

Vidriera Taller Imaginario

Felipe Quezada Pintando la Vidriera de Taller Imaginario-Intervención Ediciones Presente

Lecturas

Sábado 24

Karina Macció / Sylvia Plath

Laura López/ William Blake

Marina Gersberg/ Idea Vilariño

Sol Echeverría/ Beatriz Vignoli

Walter Álvarez/ Jacobo Fijman

Musicaliza El Forastero

Performance Cristina Coll y Majo Lascano

Cristina Coll. Artista Visual y Licenciada en Artes Visuales (IUNA). Su obra transita por varios espacios, Pintura, Dibujo, Acciones, Videoperformance, Fotoperformance, Performance. La Oficina proyectista en el Fondo 2011.FONDO NACIONAL DE LAS ARTES. Buenos Aires. Argentina. / Panteón de los héroes 2011. FUNDACION OSDE. Buenos Aires. Argentina. / Mención de Honor del Jurado XIII Premio Federico Klemm 2009. Buenos Aires. Argentina.

Majo Lascano. Nací en 1971 en Córdoba. De 1997 al 2002 trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes y comienzo a mostrar una serie de dibujos y pinturas con collage. Del 2003 al 2005 asistí al taller de análisis de obra con Tulio de Sagastizabal, el último año bajo la beca del FNA.
Hasta el momento he realizado las muestras individuales: “Jardín Japonés” en Baltar - Mar del Plata y “Como en casa” en Oficina Proyectista (2007), “Miscelánea” en Lomo (2003) y versión reeditada “Miscelánea” en Alianza Francesa - Bahia Blanca (2004), “Papeles” en Ant (2001).
Integro el grupo La Mudadora, con quienes intervengo espacios en estado de mudanza: “en casa %” (2006) y “la mudadora-Cramer 3535” (2007).
Desde 1998 participo en salones y muestras colectivas, destaco de estas últimas “de Visita” con amigas invitadas en Casa 13. Distinciones (selección): Beca Nacional de Perfeccionamiento, Fondo Nacional de las Artes (2005), 1º premio adquisición “Mujeres 2002” del Banco Ciudad y 1º mención ilustración de la bienal bridgestone (2000).
Vivo y trabajo en Buenos Aires.

Karina Macció / Sylvia Plath

De Diario de la Transformación, de Karina Macció, Viajera Editorial, 2011

Dejálo venir
es el chorro que no tiene que fluye
por dónde
por qué
es el chorro de 12 años
(o quién sabe)
raquítico
(¿cuántos años?)
quiso robarme
o no
ayer (mi pasado)
¿tenía un arma?
no vi nada
había tinieblas
sí, tinieblas san telmo
telarañas (en pasado)
en mis ojos
no sé cómo
medí
(siempre me doy) me fui
pero mi chorro
el que sale siempre
fugado
no lo puedo
parar
hago como que
me visto de policía
de maestra
de directora
hago como que
“Usted, sí, usted
deténgase”
“¿Qué? ¿a mí?”
“Sí, a usted”
“Qué” no sé
me perturba la negación
conjunta es peor
más grande que un gran
A C T O
siempre es el Primer
Acto
trulado
está mal
grabado y se repite
me asalta me afana me roba
(como las series)
un afano
eso es lo que hay
me afano
taaaanto!
un afán instintivo
afanoso
afamado
este infinito chorrear
tiene historia
ilegible por propia
ciega
por eso
dejálo venir
no lo evites
como en la película de Bruce Lee
que soñaba
un guerrero imbatible
lo hacía bolsa le ganaba
por afano
cuando despertaba
Bruce Lee comprendía
(el sí yo no)
que era más que un sueño
o que el sueño
es más
que esto
(Bruce Lee también leía)
tenía miedo
peor después
con su hijo (el futuro)
el sueño y el guerrero
que lo seguía
afanando
ambos murieron así
jóvenes
duplicados
entonces ¿pudieron comprender?
¿quién vio a Bruce Lee soñar y lo contó
después? ¿fue Bruce Lee quien dijo lo que había visto o su psicólogo
lo reveló?
o alguien inventó que Bruce Lee soñaba eso para darle coherencia a una vida
desdoblada en un brucito
sin cerrar?
¿y qué importa?
Es una película clase b
de bruce (bruise)
el moretón
así es verdad que no se sabe
dónde se encuentra
la verdad
Bruce Lee habría dicho
dejálo venir
te va a golpear el pecho como un bestia
puño cerrado en el corazón
mortero
martillo
maza
(otra serie)
te va a golpear como un reloj mecánico
con múltiples personajes que se golpean
entre sí
te va a golpear
exigente
relojito
te va a golpear como el más desesperado
enamorado cuando
se caliente con los golpes
un poco
tu corazón
te va a golpear más
encantado
por el agujero
del chorro
la guarida que tenés
metida ahí
adentro
entonces
dejálo venir
es la única forma
tenés que pasarlo
(nunca pensarlo)
del otro lado
no sé si se va
a cansar
pero algo rígido
transparente
el mismo aire
aliento
lo va a separar.
Dejálo venir
de una vez por todas
para que se vaya.

Karina Macció
Nació en Buenos Aires en 1974. Es Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se ha especializado en literatura latinoamericana y argentina, investigando especialmente la obra del poeta Juan L. Ortiz. También es profesora de inglés y ha estudiado y traducido textos como el Ariel de Sylvia Plath, La canción del viejo marinero de Samuel T. Coleridge, y cuentos y poemas de E. A. Poe, que han circulado en diversas ediciones.Ha publicado los libros de poemas Pupilas Estrelladas (-premio Arde Filo, UBA- Siesta Editorial, 1998), Ferina (-premio de la Fundación Octubre, 2000-La Bohemia Editorial, 2001), Lestrygonia (-premio De las Huellas a la Palabra, Abuelas de Plaza de Mayo, 1998- Aurelia Rivera Editorial, 2003), Impresos en rojo (-Subsidio a la Creación del Fondo de Cultura BA-, Gog y Magog, 2006); La pérdida o La perdida, Viajera Editorial, 2008; y este Diario de la Transformación, distinguido con el Subsidio del Fondo Metropolitano.
Desde hace siete años, dirige Siempre de Viaje Literatura en p r o g r e s o, espacio de talleres de lectura y escritura, producción de eventos literarios y artísticos y de ediciones artesanales. En el 2006 inicia la publicación de Poesía Portátil, pliegos de poesía nueva, y la Colección Valijita, de libros y objetos de autor. En el 2008 inicia Letras Combinadas, un encuentro que reúne la literatura con otras disciplinas artísticas tomando como punto de partida la idea del viaje.

Lady Lazarus Traducción por Karina Macció

Lo he vuelto a hacer
Un año cada diez
Me las arreglo –

Una especie de milagro caminante, mi piel
Brillante como una pantalla Nazi,
Mi pie derecho

Un pisapapeles,
Mi cara sin facciones, una fina
Judía sábana

Arranca la servilleta
Oh mi enemigo.
¿Es que aterrorizo? –

La nariz, los huecos de los ojos, el completo set de dientes
El aliento agrio
Se desvanecerá en un día.

Pronto, pronto la carne
Que la tumba cueva comió estará
En casa sobre mí

Y yo una mujer sonriente.
Tengo sólo treinta.
Y como el gato nueve veces puedo morir.

Ésta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Aniquilar cada década.

Qué millón de filamentos
La multitud de crujiente-de-maní
Se apretuja para ver

A ellos desenvolverme mano y pie-
El gran strip tease.
Caballeros, damas,

Éstas son mis manos,
Mis rodillas.
Quizás pueda ser piel y hueso,

Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que pasó tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez quise
Acabarla y no volver nunca más
Me arrullé cerrada

Como una caracola
Tenían que llamar y llamar
Y quitar los gusanos de mí como perlas pegajosas.

Morir
Es un arte, como cualquier otro.
Lo hago excepcionalmente bien.

Lo hago tanto que se siente un infierno.
Lo hago tanto que se siente real.
Supongo que podrías decir que tengo una vocación.

Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Es bastante fácil de hacer y quedarse quieta,
Es la teatral

Vuelta en broad day
Al mismo lugar, la misma cara, el mismo bruto
Divertido grito:

'¡Un milagro!'
Que me noquea
Hay un precio

Por la visión de mis cicatrices, hay un precio
Por el oír de mi corazón-
Realmente anda.

Y hay un precio, un precio muy grande
Por una palabra o un toque
O un poco de sangre

O un pedazo de mi pelo o de mis ropas.
Así que, así, Herr Doktor.
Así que, Herr Enemy.

Soy tu obra,
Soy tu valor,
El bebé de oro puro

Que se derrite en un chillido.
Giro y quemo.
No pienses que subestimo tu gran preocupación.

Ceniza, ceniza-
Hurgas y remueves.
Carne, hueso, no hay nada allí-

Una torta de jabón,
Un anillo de bodas,
Un relleno de oro.

Herr Dios, Herr Lucifer
Ten cuidado
Ten cuidado.

Fuera de la ceniza
Resurjo con mi pelo rojo
Y devoro hombres como aire.

Sylvia Plath
Boston, 27 de octubre de 1932 – Primrose Hill, Londres, 11 de febrero de 1963). Nacida en el barrio de Jamaica Plain de Boston, Plath mostró gran talento a una edad temprana, al publicar su primer poema con 8 años. Su padre, Otto, que era profesor de universidad y una autoridad en el campo del estudio de la entomología, murió en esa época, el 5 de octubre de 1940. Ella intentó seguir publicando poemas y cuentos en revistas estadounidenses y consiguió cierto éxito. En su primer año en la universidad de Smith College, Plath realizó el primero de sus intentos de suicidio. Esto lo detalló más tarde en su novela semi-autobiográfica La campana de cristal (The Bell Jar). Fue tratada en una institución psiquiátrica (Hospital McLean) y pareció recuperarse aceptablemente, tras lo que se graduó con honores, en 1955. Plath obtuvo una beca Fulbright (que permite estudiar o colaborar en universidades extranjeras), por lo que fue a la Universidad de Cambridge, donde continuó escribiendo poesía y ocasionalmente publicaba su trabajo en el periódico universitario Varsity. Fue en Cambridge donde conoció al poeta inglés Ted Hughes. Se casaron el 16 de junio de 1956. Plath y Hughes vivieron y trabajaron en Estados Unidos desde julio de 1957 hasta octubre de 1959, periodo durante el cual Plath daba clases en Smith College. Posteriormente se mudaron a Boston, donde Plath asistió a seminarios con Robert Lowell. Este curso tuvo una gran influencia en sus obras. También participaba en los seminarios Anne Sexton. Fue en este periodo cuando Plath y Hughes conocieron, por primera vez, a W. S. Merwin, quien admiraba su trabajo y llegó a ser un gran amigo. Al enterarse de que Plath estaba embarazada, volvieron al Reino Unido. Vivió junto con Hughes en Londres durante un tiempo, y después se asentaron en North Tawton, un pequeño pueblo en Devon. Publicó su primera recopilación de poesía, El coloso (The Colossus) en Inglaterra en 1960. En febrero de 1961 tuvo un aborto. Algunos de sus poemas hacen referencia a este hecho. Tuvieron problemas con su matrimonio y se separaron menos de dos años después del nacimiento de su primer hijo. Su separación se debió sobre todo a la aventura amorosa que Hughes tenía con la poetisa Assia Wevill, pero hay quienes especulan que Olwyn Hughes, hermana del poeta, interfirió de manera decisiva en su relación. Plath se suicidó asfixiándose con gas. Está enterrada en el cementerio de Heptonstall, West Yorkshire.

Laura López/ William Blake

Una voz

Poema publicado en el libro Marea Ocular del deseo, página 32. Ediciones Tu llave, 2001.

Quién desea saber la verdad de las sombras.
Quién busca la razón de la voz en la garganta.
Quién se pregunta a solas por la propia vida en manos de tantas cosas.
Quién entre sueños descubre los más grandes misterios.
Quién se anima a saber cómo es posible que se haya dividido el hombre en tantos
insuficientes desmanes
por llegar a ser aquel que ha olvidado creer.

Laura López
Nació en 1979. Es poeta, artista plástica y comunicadora publicitaria. En 2001 editó su primer libro de poemas, Marea ocular del deseo. En 2008 ilustró los libros de poesías O inicio do assoprado, de Rodrigo Domingos, y El tiempo y las cosas, de Amira Juri. Editó la plaqueta Para saltar sobre el abismo del mundo junto a Zorra Poesía en 2010 y en la actualidad está preparando la edición de su último libro de poemas, Maremoto en la cuchara de madera a la vez que trabaja en una nueva obra en el taller de escritura de Valeria De Vito “El ojo del mármol”. Desde 2008 colabora con el Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires.

xxx
Este poema es parte del libro “Matrimonio del Cielo y el Infierno” (1790 – 1793).

Los antiguos Poetas animaban todos los objetos sensibles con Dioses o Genios, nombrándolos y adornándolos con los atributos de bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus vastos y numerosos sentidos podían percibir.
Particularmente estudiaban el genio de cada ciudad y región poniéndolo bajo su deidad mental.
Hasta que un sistema fue establecido, del cual algunos se aprovecharon, y esclavizaron al vulgo con el intento de hacer reales o abstraer las deidades mentales de los objetos. Así comenzó el Sacerdocio:
Escogiendo formas de culto a partir de las narraciones poéticas.
Y al final ellos dictaminaron que los Dioses habían ordenado cosas tales.
Así los hombres olvidaron que Todas las deidades moran en el corazón humano.

William Blake
Nació en 1757, un 28 de noviembre. Siglo XVIII. Fue poeta, pintor, ilustrador, grabador; un artista total. No razonaré ni compararé, mi tarea es crear. Blake inventó su propia mitología y teología, y debido a su sensibilidad, visión y apertura frente a lo “invisible” se lo tilda de místico. Creo que el hombre puede ser feliz en este mundo; y sé que este mundo es un mundo de imaginación y visión. Desde niño trabajó y estudió. Estuvo casado, no tuvo hijos. Su búsqueda de la libertad, lo llevó a cuestionar las instituciones de la época, incluida la del matrimonio. Buscaba la verdad, su verdad, ante todo. Poner en duda mis ojos corporales, sería lo mismo que poner en duda una ventana en lo que concierne una vista; miro a través de ella, no con ella. Su obra ha influenciado a infinidad de escritores y músicos, T.S. Eliot, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Emily Dickinson, Jim Morrison, Patti Smith.

Marina Gersberg/ Idea Vilariño

-fin del mundo-

La vez que estuve más cerca
de la muerte estaba sola
un enchufe me dio una patada
en el cumpleaños de una amiga quedé
con un plus de energía, me recorrió
el cuerpo un rato.

El fin es un secreto
comun y silvestre
como el video de mi fiesta de 15.
nos vamos, fundido a negro
el momento mágico ya pasó
es de una
no importa el miedo
dejemos la cama revuelta
y flotemos.

Marina Gersberg
nació en Buenos Aires en 1978. Es licenciada en psicología. Dirige junto a Luciano Lutereau el sello editorial Pánico el pánico. Publicó Bajar de un hondazo (Pánico el pánico 2009). En junio del 2010 se publicó una selección de sus poemas en la revista de arte latinoamericano Big Sur.

Volver

Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oír mi radio
dormir entre mis sábanas.
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa.
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido
de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de estos
y dormir en mi cama.

Idea Vilariño
nació en Montevideo en 1920. Poeta, crítica literaria, traductora, compositora y educadora. Perteneció al grupo de escritores denominado Generación del 45. Falleció en el año 2009.

Sol Echeverría/ Beatriz Vignoli

Mudanza

I

sobre el departamento en blanco
como una hoja
húmeda en un rincón de la medianera
mi sed se mueve
imprimiendo el ritmo de los días

y se seca sin dejar rastro

asimilar el cambio que viene
y la quietud de una planta baja
inaudible por mi costumbre del habla
hasta que algún sonido la adorna
como un jarrón de vidrio
cuya fragilidad esconde en su interior el filo
que corta el silencio de la tarde

desde afuera se transporta el frío
junto con el olor a pis de perro del vecino
que casi nunca ladra
prudencia de animal domesticado

la pared de la medianera repite
un trauma mudo
que apenas se manifiesta
con la neurosis de la humedad

nada se parece más a un departamento
en ruinas que un
departamento en construcción

muevo las mismas cosas
esperando resultados diferentes
decorar las habitaciones es igual
a llenarse la cabeza con ideas
quedan ahí, inútiles, estorbando

esa primera noche soñé que al mirar
un lago, me congelaba
se me caían los dientes como cubitos de hielo

Sol Echevarría
Nació en Buenos Aires en 1983. Licenciada en Letras (UBA). Escribe poesía y narrativa. Dirige la revista literaria No Retornable (www.no-retornable.com.ar) y colabora en otras revistas de crítica literaria. Publicó Balneario (Zorra/poesía, 2006), Dindong (Color Pastel, 2008) y Postales (La propia cartonera, 2010), además de plaquetas y cosas sueltas.

El bar de la estación de Valentín Alsina

Paisaje de desván de cosas inconclusas y ya viejas
arrumbadas sin orden.
La luz dorada de la tarde de verano
lo vuelve bello como una mano muerta.

El andén silencioso sin los trenes.
Tu Citroen estacionado afuera.
Si esto fuera una película francesa
vendríamos huyendo de algo.

Nos sentamos en el bar casi desierto
por donde el tiempo hace veintiséis años que no pasa.
Las paredes son de un verde espeso, como en un óleo
y los espejos parecen aguas estancadas.
En el silencio antiguo, el tiempo se ahonda
y reconozco, en los bananeros iluminados por el sol
al otro lado de las vías de maniobras, un lugar de mi infancia.
La puerta del bar enmarca ese fragmento de otro tiempo
que aquí, al sur de todo, se ha conservado intacto.

Allá está la cortina de tiras de hule
de cuyas estrías guardo un recuerdo táctil.
Aquellas cortinas venían multicolores
y hacían "flap, flap, flap" cuando se las atravesaba
a gran velocidad y baja altura
siendo niños, sin una imagen que cuidar.
Ah, volver a ser así de leves.
Irnos de todo. Irnos de nuestras vidas.
Pagar todas las deudas y vender todo
y venirnos a vivir aquí y ahora,
de vacaciones por toda la eternidad
al presente que es nunca.

Mirás por la ventana como desde un tren.
Quizás estemos realmente huyendo de algo.
Tu cara blanca, dorada por la luz
es absoluta, como en un óleo de Hopper.
Hablar, decir "la luz", decir "Hopper", es arruinarlo todo.
En realidad, no deberíamos decir nada.
Sólo tenemos esto. El sol que cae.
Aquel edificio que lo tapa.

Beatriz Vignoli
Nació en Rosario en 1965. Es traductora de inglés, narradora y poeta. Coordina clínicas de obra. Participó en diversas antologías de poesía, cuento y ensayo autobiográfico. Ha colaborado en varias revistas literarias y escribe en Rosario/12. Publicó, en poesía, los libros: Proesía (1979), Blues de la erosión (1980), Almagro (Mención Especial Premio Felipe Aldana, 2000), Viernes (2001), Ítaca (2004), Antología Personal (Concejo Deliberante Municipal, Rosario, 2004), Soliloquios (2007), y Bengala (2009). En narrativa, publicó la novela Reality (Segundo Premio compartido con Rubén Tron, Premio Manuel Musto, 2004) y la nouvelle Nadie sabe adónde va la noche (2007), entre otras.

Walter Álvarez/Jacobo Fijman

Los parientes del cuero

Solté un cardenal
porque me amaron otros
con alimentos falsos de lugares pulcros.

Me distraje con silbidos de amantes maduros y sanos
mientras partían salidas de socorro
entre artesanos y parientes egoístas
protegidos por sus perfumes de cuero.

En san justo ya no caen cenizas
con el simple disparo de cohetes
una novia y los enamorados siguen espiando sus formas frágiles.

La oración puede lastimar
El encuentro de un camino
Y al panadero la distancia no lo lleva
mientras llegan dos madres de leche sin lastimarse.

La casa tiene sus hijos pegados
crecen a un ritmo oscuro ni siquiera un milagro los haría salir, es la casa donde nunca hubo una guitarra.

Suelto un cardenal.

Walter Álvarez
Nace en 1972 en Buenos Aires.
Artista autodidacta, dibuja desde siempre pero comienza sus estudios formales en el terreno de las artes visuales en 1998.
En primer lugar se dedica con gran interés a la pintura y luego realiza talleres sobre otras disciplinas en común.
Desde el año 2004 concurre a talleres literarios en los que estudia narrativa y poesía con Alberto Ramponelli y Romina Freschi.
Ha recibido numerosos premios en varias disciplinas, entre ellas, pintura/ dibujo /escultura /objeto y participa en varias publicaciones.
Su obra forma parte de colecciones privadas en España, Venezuela, Colombia, Uruguay, México y Argentina.
Es artista del staff de la galería Sapo "Dibujo Contemporáneo".
http://noviadelosperegrinos.blogspot.com/
http://boladenieve.org.ar/node/4316

Copula

¡Nos unió la mañana con sus risas!
En las rondas del sol
canciones de naranjas.
Danzas de nuestros cuerpos
Desnudos- rojo y bronce.
El olor de la luz era sagrado:
Música de horizontes,
Espacio de paisajes-
Rojo y bronce-
Ruido de melodías,
Himno de soles,
Eternidad
Y abismo de la dicha
En la alegría loca de los vientos.
Canciones de naranjos
En la piedad de los caminos.
¡Todas las aguas del silencio
rompimos en la danza!
Dicha de los abrazos y los besos;
Toda la gloria de la vida
En nuestros pechos
Jadeantes y ligeros;
Nuestros cuerpos: auroras y ponientes
En la alegría loca de los vientos.
¡El corazón del mundo en nuestra boca!

Jacobo Fijman
Nació en Europa, llegó a la Argentina en 1902, donde sus padres habían inmigrado en busca de trabajo; era el mayor de tres hermanos, y tres más nacerían ya en tierra argentina. Tras una breve estancia en Buenos Aires, se trasladaron al sur, donde su padre trabajaba colocando vías férreas en la línea de Río Negro. En 1907 se mudaron a Lobos, donde haría sus estudios primarios; desde niño mostró gran habilidad para el dibujo. Fijman, una personalidad tumultuosa y difícil, abandonó a su familia en 1917 para volver a Buenos Aires, donde estudiaría el profesorado en francés. Durante sus estudios en el Instituto de Lenguas Vivas se formó en filosofía antigua, griego y latín. Adepto al violín desde muy joven, acudió con asiduidad a los espectáculos de música clásica, mostrando verdadera pasión por Arcangelo Corelli. Ya graduado, trabajó brevemente como profesor en un liceo de señoritas, hasta sufrir la primera de sus crisis mentales. Abandonando trabajo y hogar, vagabundeó por la Argentina ganándose la vida como músico callejero; de esta época datan sus primeros poemas. Llegado al Chaco, trabajaría como peón rural un tiempo antes de regresar a Buenos Aires. Su aspecto y costumbres resultaban chocantes para la época, y a inicios de 1921 fue detenido por la policía, salvajemente interrogado y recluido en la cárcel de Villa Devoto. La crisis mental que le produjo el maltrato llevó a su primera internación en el entonces Hospicio de las Mercedes, afectado de delirios. Fue dado de alta seis meses más tarde, después de haber sido sometido a tratamientos que incluían el electroshock.


Colaboran
Facundo R. Soto/ Germán Weissi/ Paz Garberoglio/ Walter Álvarez

Organiza
Ediciones Presente
edicionespresente.blogspot.com

lunes, 19 de septiembre de 2011

Ciclo "disposiciones de la amistad" Sábado 24 de Septiembre a las 18 hs. en Purr!

Eugenia y Actitud Peleche enviados especiales de Gael Policano Rossi

Amigos

Amigos

Romina Freschi

Paz Garberoglio

Paz Levinson

Luciana Caamaño

Eduardo Espósito

Lecturas

Sábado 17

Eduardo Espósito/ Jorge Boccarena

Gael Policano Rossi/ Juana Bignozzi

Luciana Caamaño/ Anne Sexton

Paz Levinson/ Ricardo Zelarayán

Paz Garberoglio/Juan José Saer

Romina Freschi/ Nákar Elliff-ce


Eduardo Espósito/ Jorge Boccarena

Clase turista

Porque no estamos hechos
de carne ni de sangre como pretendemos
aunque alguno que otro traje parezca desmentirlo
Porque la humedad bisiesta de este pueblo
arropa formas innombrables y mezquinas
Y nuestras lenguas de trapo
achican dos talles en invierno
Y porque el sur también existe
en un afiche al menos
Porque soplamos semillas de amargón cada verano
para que alguien se eleve liviano en sus muñones
así enmohezcan los planos inclinados
Porque rezamos desnudos en las playas
y nadamos vestidos en nuestras sofocadas camas
y vacacionamos de oído
y hacemos de la fiesta una fanfarria
y porque sí
y porque el mar y la montaña
y estas ganas de ser otro
bajo una luna parecida.

A Robert F. Young

Eduardo Espósito
Nace en la ciudad de Buenos Aires, el 9 de mayo de 1956.
Ha publicado. El niño que jugaba a ser Rayo. Bs. AS., 1992; Violín en bolsa. Bs. As., 1995. Una novia para King Kong. Bs. As., 2005, Quilombario. Bs. As., 2008.
Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte. Bs. As.: de la Flor, 1999. e Italiani d’ Altrove. Milan: Rayuela Edizioni, 2010.
Coordina desde 1996 los talleres de escritura de la Dirección de Cultura de la ciudad de Moreno, y a partir de 2001, desempeña igual actividad en el taller literario “Elementales Leches” de la ciudad de Gral. Rodríguez, Argentina.
Textos suyos han sido publicados en revistas y blogs de Chile, Perú, Colombia, México, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Estados Unidos, España e Italia. Traducido parcialmente al inglés e italiano.
Reside en Paso del Rey, Buenos Aires.


Alejandra Pizarnik abre su cuaderno de apuntes

El hombre que saca la cabeza del agua,
es un pez que se asfixia.
El pez que mete la cabeza en el agua,
es un hombre y se ahoga.

El poeta escribe en la línea del agua,
y se asfixia,
y se ahoga.


Jorge Boccanera
Poeta, dramaturgo y ensayista argentino nacido en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, en 1952.
Desde 1976, a raíz del golpe de estado en su país, vivió largo tiempo exiliado en México y Centroamérica, ejerciendo el periodismo y colaborando en muchas actividades literarias . Al caer la dictadura militar se radicó nuevamente en su país, dedicándose por completo a la literatura.
En 1976 obtuvo el premio "Casa de las Américas" de Cuba, posteriormente el "Premio Nacional de poesía joven" en México y en 2008 el VIII Premio Casa de América de Poesía Americana por su libro "Palma real".
De sus libros de poesía merecen destacarse: Los espantapájaros suicidas en 1974, Noticias de una mujer cualquiera en 1976, Contraseña en 1976, Poemas del tamaño de una naranja en 1979, Música de fagot y piernas de Victoria en 1979, Los ojos del pájaro quemado en 1980, Polvo para morder en 1986, Sordomuda en 1991, Zona de Tolerancia en 1998 y Bestias en un hotel de paso en 2001.


Gael Policano Rossi/ Juana Bignozzi

El veranito de San Juan

viajo solo en avión desde los 8 años
generalmente me sentaban en la primera fila
y me colgaban un sobre transparente con:
mi número de vuelo y mi dni
el teléfono de mi tutor y mi nombre por escrito;
alguna vez jugué a que no hablaba español
y cargué mi valija hasta el estacionamiento
a veces me recogía un extraño
y a veces me esperaba mi madre
con ojos llenos de lágrimas sin motivo;
alguna vez pensé que deberían llamarse aeromonas
porque siempre son lindas y tienen un pelo hermoso
como pasajero frecuente de southern wings
el azul profundo es el color de la confianza
pero la luz de tubo es por más deprimente
si hay un vuelo con tormenta y venís de noche
bajando a una ciudad de luces anaranjadas
viviendo un alunizaje imposible y terrorífico
tenés que mirar el techo y cantar una canción linda.

Gael Policano Rossi
( 1987). Estudio guión de Cine y TV, escribo y actúo. Formo parte del Grupo Capicúa y de la banda NO TE CONOZCO. Desde 2007 se destaca mi actividad junto Maruja Bustamante en teatro como asistente artístico y dramaturgista (Paraná Porá, Fugu, NENA no robarás de Dani Umpi, Mayoría, Adela está cazando patos, entre otras). Fui galardonado Mejor Actor de Reparto por el Festival Internacional de la Telenovela por mi trabajo en Plan V la serie (2010).
En poesía publiqué la plaqueta "Zombies" (2010) por Proveedora de Droga, entre otras, y mi primer libro "vosiyo" (2009) por tocadesata ediciones. Actualmente estoy trabajando en "el veránito de san juan" de próxima edición.
+ sacodepiel.blogspot.com -mi blog-
+ grupocapicua.blogspot.com -porfolio de teatro-
+ vosiyo.tumblr.com -blog con noticias del libro-
+ planv.com.ar -miniserie LGBT online-


(de "Regreso a la patria", 1989)

En realidad lo que yo quisiera en la vida
es ofrecer fiestas
vivir alguna sustitución de la libertad
extender la mesa recibir a ciertos superficiales
emborracharme con los entrañables
o tal vez con ese hermano único inhallado
la hermana imaginaria el fantasma de las madrugadas
revivir cuandros perfectos sobre los que ha crecido el yuyo
y saber que de esta tierra en invierno quedará
un disco que seguirá cantando en la casa vacía
el teléfono que seguirá llamando a oscuras

Juana Bignozzi
Nació en Buenos Aires en 1937. Formó parte de la "generación del sesenta". Desde 1974reside en Barcelona. Publicó "Mujer de cierto orden" (1967), "Regreso a la patria"
(1989), "Interior con poeta" (1994) y su obra fue reunida en "La ley tu ley" (2000).


Luciana Caamaño/ Anne Sexton

Acá no
me encantó!
qué parte?
ay no sé, todo, me encantó completita!
se sube a la moto
oculta los auriculares
bajo el casco
ojalá que no se la ponga
claro, la importancia del cumplimiento de las reglas del tránsito
ya sé, te la dejé picando
no lo digas, no lo digas
no lo digas, no lo digas
no digas tránsito lento
qué onda?
causó?
se muestran chochos?
mamita, si lo que andás buscando son súbditos
estás perdiendo el tiempo
sacudí el culo
cómo venís de escote?
ya sé que estoy diciendo cosas que pensás que tenés que pensar que son horribles
abandoná las infulas queer a la cuenta de
uno
dos
tres
tengo una teta más chica que la otra
dicho esto no quiero decir:
no importa el principio
en algún momento
o nos empezamos a entender
o derrapo del todo
total
hay pasto de sobra para mis futuros revuelques
las dos a la orilla del agua
en esta época del frío
denme luces
denme estufas
denme un pancho
denme un cenicero de chapa de la más berreta del mercado con corazón de oro macizo
lo que importa es lo de adentro
denme sexo cochino de lo más bajo presupuesto del mercado con corazón de erotismo a la femme fatale parisina
lo que importa es lo de adentro
de no haber grabado los discos
todo estaría exactamente igual
cuatro años estuvieron de viaje
no tengo idea de cómo les fue
no los vi nunca más
a todo esto
cómo te explico lo que me gustan las sorpresas?
en un local de ropa
venden un sweater con botones
que no conformes con
tener anclas
son dorados
lo podés creer?
yo perdí mi fe en todo el combo
cuando leí la etiquetita,
la mosquita muerta rezaba: $390
traté de tranquilizarme
apagando mi angustia
a fuerza de chorros de:
“el sweater no tiene la culpa, es sólo un producto del mercado, calmate, contené las lágrimas unos segundos, por favor!, no te largues a llorar delante de la empleada, un poco de compostura, por el amor de dios! escéptica pero digna, ya, ya, ya!”
sabés bien que incluso más acá
en un punto de la mañana
no hay persiana que frene la luz del sol
ahora ya no hay tanta luz afuera
hablemos de las cosas que no están:
en este momento
al lado mío
no hay una pantalla
no se está proyectando
una película de hace pocos años con una rubia en sweater que mira al marido sostener la copa que escucha al marido decir, con la copa en la mano:
“brindo porque no se nos acaben nunca los motivos para brindar”
que corre la mirada del marido para que no se de cuenta de que a ver si la vamos cortando con el anhelo del mejor futuro del mercado, quiero reírme ahora y acá y que se te caiga la copa y eso no importe,
en este momento
adelante mío
no hay una mesa
de haber una mesa
arriba no habría pan dulce, ni una miga
en los dedos no tengo anillos
en la mano derecha no tengo un hacha
en la izquierda
tampoco
acá no hay fantasmas
aunque creas en fantasmas,
es como en la propaganda
está científicamente comprobado
acá tampoco hay monstruos
no tengo pruebas
pero te lo discuto a muerte
en este momento
acá
no está sonando la canción que más se cae de onda de la banda más moderna del mercado que dice:
vos estás para el crimen / yo estoy para atrás
es una pena, pero, como ya he dicho
acá
no hay ni una pulgada de pantalla
de haberla
podríamos comprobar que en los canales de música
no están pasando el video del hit
con una vieja convulsionando
vestida de oso polar fluo en tanga
acá
no hay un tipo diciendo:
“esto es una obra conceptual, papá, si no entendés, todo bien, es natural, soy más canchero que dios, chupámela en el ñoba que al telo no llego”
acá no hay bailarinas
menos mal
de lo contrario
en este momento
no tendrían coreo que las sostenga
acá no hay paso que siga este paso
acá no hay paso que valga
y por sobre todas las cosas
acá no hay tu tía
acá
algo
necesariamente
tiene que justificar la fiesta

Luciana Caamaño
Nació en Mar del Plata (Buenos Aires) en 1984. En el año 2006 publicó cocorita (dársena3, El pez de plata) y el primero de los tres números del fanzine tilinga on the rocks con ilustraciones de Agustina Nat que la acompañará a lo largo de la serie (edición de autor). En el año 2008 publicó tres (dársena3, Aguaviva) y ganó el premio Municipal de literatura “Osvaldo Soriano” (Secretaría de Cultura, Mar del Plata). En el año 2009 publicó querida: ahora te llamás muchacho (sacate el saquito) y susie q (sacate el saquito) En el año 2010 publicó desatinada: soberana del mambo (ñasaindy cartonera, Formosa) y en el año 2011 publicó no le digas que murió charol! (spyral jetty, Buenos Aires)

La música se desliza hacia mí

Espere señor. ¿Para qué lado queda casa?
Ellos apagaron la luz
Y la sombra se mueve en la esquina.
No hay señales en este cuarto,
Cuatro mujeres, de más de ochenta,
Cada una con pañales.
La la la, oh… la música se desliza hacia mí,
Y puedo sentir la melodía que tocaban
La noche en que me dejaron
En este instituto privado sobre la colina.

Imagínenlo. Una radio sonando
Y todos aquí estaban locos.
Me gustó y bailé en un círculo.
La música se derrama sobre la razón
Y, de una manera divertida
La música ve más que yo.
Quiero decir que se acuerda mejor;
Recuerda la primer noche aquí.
Estaba el sofocante frío de Noviembre,
Hasta las estrellas estaban adheridas al cielo
Y esa luna demasiado brillante,
Pasando a través de los barrotes para pegarme
Con un canto en la cabeza.
He olvidado todo el resto.

Me atan a esta silla a las 8 A.M.
Y no hay señales que indiquen el camino,
Sólo la radio, sonando para ella misma
Y la canción que recuerda
Más que yo. Oh, la la la
Esta música se desliza hacia mí.
La noche en que llegué bailé en un círculo
Y no tuve miedo.
¿Señor?


Anne Gray Harvey
(Anne Sexton, 1928-1974), nació en Massachusetts en 1928. Se casó con Alfred Muller Sexton a los 19 años. Un año después de nacida su primera hija le diagnosticaron depresión post-parto, sufriendo su primer crisis mental e ingresando a un hospital neuropsiquiátrico. Regresaría allí varias veces, sobre todo luego de sus intentos de suicidio, que se agudizaron luego del nacimiento de sus segunda hija.
En el otoño de 1957 se inscribió en un taller de poesía en donde conocería a Sylvia Plath. Unidas en una relación con matices que lindaban entre la identificación mutua y la rivalidad poética, fueron influencias la una para la otra.
(Se suicidó en 1974.
Publicó: To Bedlam and Part Way Back (1960), All My Pretty Ones (1962), Live or Die (1966) - Premio Pulitzer de poesía en 1967, Love Poems (1969), Transformations (1971), The Book of Folly (1972), The Death Notebooks 1974), de manera póstuma: The Awful Rowing Towards God (1975), 45 Mercy Street (1976), Words for Dr. Y. (1978) Y los libros infantiles: Eggs of Things (1963), More Eggs of Things (1964), Joey and the Birthday Present (1974) y The Wizard's Tears (1975), todos escritos en conjunto con Maxine Kumin.

Paz Levinson/ Ricardo Zelarayán

El nombre de las piedras

La ruta empieza cuando vamos dejando atrás
casas, despensas, escuelas.
En la ciudad no hay trabajo para el viejo,
en el campo algunas cosas quedan por hacer,
cueros apilados, separados por capas de sal
o fardos gordos de lana esperan en galpones.
La estación de trenes es un límite,
el reloj sólo marca la hora en que se paró.
No hay mucho movimiento, un tren escaso llega cada tanto,
cruza el desierto con su velocidad máxima de 80 kilómetros por hora.
A la noche, en el tren, se puede sentir el vacío del campo.
Cuando atraviesa pueblos, muchas veces, no hay estación,
la gente se agrupa en torno a la máquina, suben y bajan, un punto de espera
o sólo se acercan para mirar el suceso de los días.

A unos kilómetros de la estación, las montañas rocosas:
el Valle Encantado se llama, piedras gigantes y un río hondo siguiendo el recorrido.
Él nos lleva y cada vez que aparece empiezan a desfilar el nombre de las piedras.
Los pobladores de por ahí le enseñaron algunos
pero otros se los inventa en el mismo momento, todo le creemos al viejo
no nos interesa cuándo deja de decir la verdad
para despegar en su propia manera de nombrar las cosas:
los osos, el dedo de Dios, el vigilante,
el tren que desaparece detrás de una roca, la familia de tigres,
y así a medida que pasamos van y vienen las figuras
algunas se repiten y otras cambian por azar, sin explicación.
Las piedras toman el nombre mientras la camioneta va
cada vez más lento por la ruta
y los camiones cargados atrás, a toda velocidad, tocan bocinas que resuenan.

Cuando llegamos a destino nos hace cargar cueros,
y ser amables con los viejos que nos extienden un mate tardío.
El negocio se resuelve en truque por unos kilos de azúcar, yerba, tabaco.
El viejo tiene la cara muy curtida, ojos celestes, el sombrero arrugado.
Al rayo del sol en el desierto no sé dónde estoy, ni quién es el viejo del que hablo,
pero la tierra vuela lenta y buscamos un lugar con sombra para pasar el mediodía,
tirar unos pedazos de carne a la parilla, abrir un vino
y después dormir una siesta sobre la campera al borde de un arroyo casi seco.
Un día medio dormida vi cómo dos avestruces asomaban el cuello por unas piedras
las patas dibujaban una cruz en el suelo y los pastos
con el pelo batido como en la ciudad quisieran tenerlo,
matas finas y voluminosas, ¡veo miles de pastos darks!
Un día vi un zorro, los zorros tienen el cuerpo pequeño,
la plaga les llaman, y son los cueritos más preciados.
Tampoco sé por qué hablo de avestruces, pastos, zorros...
Otra vez la camioneta en la ruta, volvemos, una canción no para de sonar,
el viejo esta concentrado en la vuelta, en la línea sinuosa que nos devuelve al pueblo
pero yo escucho esa canción y veo todo en un blanco y negro muy nítido.

María Paz Levinson
Nació en San Carlos de Bariloche en 1978. Publicó Ojos o Luces (1999), Blume (2001) y una traducción de El Bailarín de Hilda Doolittle (2000) en Ediciones Deldiego. Un catálogo de todo lo que hay (2006) en Gog y Magog. Cartas a Cactus en Ediciones Belleza y Felicidad (2008). Y dos ediciones de autor: Estancia y El modo del sueño (ambos en el 2009), y junto a Ana Armendáriz el primer Cuadernos de Poesía y Fotografía, Ediciones Cobra, 2011. Reside en Capital Federal donde estudió cursó Letras y trabaja como sommelier.

La Gran Salina - Ricardo Zelarayán

La locomotora ilumina la sal inmensa,
los bloques de sal de los costados,
yuyos mezclados con sal que crecen entre las vías.
Yo vacilo....
y callo....
porque estoy pensando en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La palabra misterio hay que aplastarla
como se aplasta una pulga,
entre los dos pulgares.
La palabra misterio ya no explica nada.
(El misterio es nada y la nada no se explica por sí misma.)
Habría que reemplazar la palabra misterio
(al menos por hoy, al menos por este "poema")
por lo que yo siento cuando pienso en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La pera trepida en el plato.
La miel se desespera en el frasco cerrado,
para desesperación de las moscas que le acechan posadas al vidrio.
Pero yo no me explico
y hasta ahora nadie ha podido explicarme
por qué me sorprendo pensando
en la Gran Salina.
El hombre de chaleco del salón comedor
se ha quitado los anteojos.
Los anteojos trepidan sobre el mantel de la mesa tendida.
Todo trepida,
todo se estremece,
en el tren que pasa a mediodía por la Gran Salina.
Yo me he sorprendido mirando
la sombra del avión que pasa por la Gran Salina.
Pero eso no explica nada.
Es como una gota que se evapora enseguida.
Hay que distraerse, dicen.
Hay que distraerse mirando y recordando
para tapar el sueño
de la Gran Salina.
Un piano colgado como una araña del hilo
se ha detenido entre los pisos doce y trece...
Un camión pasa cargado de ventiladores de pie
que mueven alegremente sus hélices.
En 1948, en Salta,
fuimos de noche a cazar vizcachas y ranas,
y la conversación se apagó con el fuego del asado,
abrumados como estábamos por el cielo negro
y estrellado.
Nerviosamente encendíamos y apagábamos las linternas
hasta quedarnos sin pilas.
Tampoco puedo explicarme por qué sueño con pilas de linternas,
con pilas para radios a transistores.
Ni por qué sueño con lamparitas de luz,
delicadamente guardadas en sus cajas respectivas.
Ni por qué me sorprendo mirando el filamento roto
de una lamparita quemada.
Nunca he visto...
nunca he podido imaginarme
la lluvia cayendo sobre la Gran Salina.
Yo no tengo objetivos pero me gusta objetivar.
Desde chico intenté cortar una gota de agua en dos
(con una tijera).
Aún hoy intento,
apartando las cosas de la mesa
o ahuyentando amigos,
imitar, imaginarme, la lluvia sobre la Gran Salina.
Tomo una plancha caliente y le salpico gotas de agua.
Pero aunque pueda imaginarme todo,
nunca podré imaginarme
el olor a salina mojada.
Anoche llegué a mi casa a las tres de la mañana.
En la oscuridad, tropecé con un mueble...
y allí nomás me quedé pensando
en lo que no quería pensar...
en lo que creía bien olvidado!
Pero en realidad me estaba escapando
del sueño estremecedor de la Gran Salina.
Y ahora me interrogo a mí mismo
como si estuviera preso y declarara:
La Gran Salina o Salina Grande
está situada al norte de Córdoba,
cerca (o dentro, no recuerdo)
del límite con Santiago del Estero".
Estoy mirando el mapa...
pero esto no explica nada.
La caja de fósforos queda vacía
a las cuatro de la mañana
y yo me palpo a mí mismo, desesperado,
con el cigarrillo en la boca...
Habría que inventar el fuego, pensarían algunos.
Yo en cambio pienso en los reflejos del tren
que pasa de noche junto al río Salado.
No puedo dormir cuando viajando de noche
sé que tengo a mi derecha
el río Salado.
Paro aún así sigo escapando del gran misterio...
del misterio de la sal inagotable de la Gran Salina.
Recuerdo cuando arrojábamos impunemente naranjas chupadas
al espejo ciejo y enceguecedor de la Gran Salina.
A la siesta, cuando la resolana enceguece más que el sol.
Esperábamos llegar a Tucumán a las siete
y a las dos de la tarde tuvimos que cambiar una rueda
junto a la Gran Salina.
Un diario volaba por el aire...
el sol calcinaba las arrugadas noticias del mundo
del diario que caía sobre la Gran Salina.
Y vi pasar varios trenes
y hasta un jet...
Los pasajeros de los Caravelle
o de los Bac One-Eleven,
no saben que esa mancha azulada,
que a lo mejor están viendo en este mismo momento,
desde ocho mil metros de altura,
esa mancha azulada que permanece durante escasos minutos,
es la Gran Salina,
la Salina Grande.
Pero el jet anda muy alto.
La Gran Salina no conoce su sombra que pasa.
Los pasajeros del jet duermen...
se sienten muy seguros.
En el jet no hay paracaídas.
Los jets no caen. Explotan.
Hace unos años,
un avión que no era un jet volaba, creo, sobre Santa Fe.
De pronto se abrió una puerta
y una camarera tuvo que obedecer calladita
a las sagradas leyes de la física, y demostrar su inequívoco apego a la ley de la gravedad.
Una ley dura como las piedras metidas en la boca de Demóstenes
que, según dicen, hablaba mucho.
Aquí hay que hacer un minuto de silencio.
Primero, por la dócil camarera sin cama del avión.
Después, por las palabras muertas,
muertas por no decir nada...
misterio, por ejemplo,
que sirve para no explicar lo inexplicable,
lo que yo siento cuando pienso en la Gran Salina,
lo que traté de no pensar un día que caminaba por la Gran Salina
tratando de distraerme y de no pensar dónde estaba,
escuchando una canción de Leo Dan
que pasaba LV12 Radio Aconquija
y el Concierto en sol de Ravel por la filial de Radio Nacional.
¿Qué pensaría Ravel, el finado,
si caminara como yo en ese momento
por la Gran Salina.
Ravel, púdico sentimental, te imagino tocando el piano que hoy vi colgado
entre el piso 12 y el piso 13.
Sí, pobre Ravel de 1932
con un tumor en la cabeza que ya no lo dejaba componer.
Ravel tocando solo,
de noche (pero eso sí, absolutamente solo)
los "Valses nobles y sentimentales" en medio de la Gran Salina.
Estoy seguro que se hubiera interrumpido
al escuchar el silbato lejano de la locomotora,
para ver el haz de luz a la distancia
y la penumbra sobre la Gran Salina.
Días pasados fui al Hospital.
Hace años yo andaba por allí,
despreocupado y con mi guardapolvo blanco.
Pero ahora, de simple paciente,
sentí el ruidito angustioso!
Trank!
de la máquina de sacar radiografías!
Y que pase otro! gritó el enfermero.
Pero el otro no podrá explicarme
por qué tengo sed,
por qué voy detrás del agua cautiva de la botella y de la sal capturada en el salero,
yo, tan luego yo,
capturado en el sueño de la Gran Salina.
Un amigo, alto funcionario estatal,
me ofreció su pase libre para viajar por todo el país.
Total, me dijo, es un pase innominado,
cualquiera lo puede usar...
si se lo presto.
El pase sin nombre me deslumbró
como la marca de la cubierta que leí y releí
cuando cambiábamos la rueda junto a la Gran Salina.
Pero después pensé en Tucumán
(mi segunda provincia)
y en las vértebras azules del Aconquija
horadando las nubes blancas.
Ahora me entero que mi amigo,
el del pase sin nombre,
se separó de la mujer.
Aquí me callo...
Pero el silencio me hace pensar ahora
en lo que no quise pensar cuando miré el pase sin nombre que me ofrecían,
en lo que dejé de pensar hace un momento...
cuando vi pasar el ascensor con una mujer silenciosa
que no me quiso llevar.
Olvidemos el ascensor perdido
y pensemos de nuevo, de frente, en la sal
(cloruro de sodio)
y en el misterio...
Pero como nada es misterio
hagamos una traducción de apuro:
miss Terio
o miss Tedio
o chica rodeada de teros asustados
o algo por el estilo.
Pero no hay distracción que valga.
El ayudante de cocina del vagón comedor
se rasca la cabeza de tanto en tanto
pero sigue pelando papas sin distraerse
en el tren que se acerca a la Gran Salina.
Y el ascensor perdido con la mujer silenciosa
sigue recorriendo kilómetros entre la planta baja
y el piso quince.
El sastre de enfrente que ya comió
se asoma a tomar aire con el metro colgado en el cuello.
Yo pienso en comer, como se ve...
Son exactamente las 14 horas, 8 minutos, 30 segundos.
Y también, no sé por qué,
pienso en el acorazado de bolsillo Graf Spee
que en los comienzos de la última guerra
se suicidó antes que su capitán
frente a Punta del Este.
El Graf Spee yace a treinta metros de profundidad.
Ya nadie se acuerda de él.
Ni siquiera los hombres-rana
que bajaron a explorar sus entrañas.
Pero hasta los hombre-rana
salen a comer a mediodía.
Y a veces, para comer,
sólo se quitan las antiparras y los tubos de oxígeno.
Todavía hay gente que se asombra viendo comer a esos hombres...
con patas de rana.
Los hombres-rana reclaman al mozo la sal que se olvidó!
Dale!... Dale!
Hoy almuerzo con amigos
(si es que no se fueron).
Miraré de costado la sal y pediré pimienta en vez,
porque tengo miedo de quedarme callado,
ya se sabe por qué.
No quiero quedarme callado
ni distraerme,
ya se sabe por qué.
En realidad no se sabe nada
del sueño de la pilas,
de la lluvia sobre la sal,
de la chica del ascensor,
del sastre asomado con el metro colgado
o del tren que pasa de noche indiferente
junto a lo que ya se sabe
y no se sabe.

Ricardo Zelarayán
Nació en Entre Ríos en 1922 y murió en el 2010. Escritor. Trabajó como corrector, traductor y periodista. Escribió La obsesión del espacio (1972, reeditada 1997), La piel del Caballo (Catálogos Editora1986 y reeditada por Adriana Hidalgo 1999), Roña Criolla (Tierra Firme,1991) y Lata peinada (Editorial Argonauta 2008) entre otros.


Paz Garberoglio/Juan José Saer

La verdad no es un pájaro que compré
sin esfuerzo
una tarde
en Prudan street.
Es una gran familia la nostalgia,
alimenta herederos
con firmeza.
Los vestidos que se venden aquí
fueron cosidos hace tiempo
frente a una ventana
que no se rompe
cuando aumenta la velocidad
de los automóviles.
En la ciudad de fuego,
el natatorio municipal
ondula
bajo la autopista.
No descansan las ruinas,
los farmacéuticos
torcerán la historia.

María de la Paz Garberoglio
Nació en 1975, reside en Buenos Aires. Es licenciada en comunicación social y gestora cultural. Publicó Museo (Ediciones Presente), La ruta del bien (Zorra Poesía) y Lo cómodo de vivir (Zorra Poesía).


Por Clodia (Lesbia) en el cabaret

Sin embargo tus ojos ardían recientes bajo las drogas
fugaces y livianos como dos cirios en las sombras.
Acunabas un lobo por corazón, oh queridísima Clodia, oh Lesbia.
Abandonado elijo tu lado bueno: entre las luces
mínimas, las atroces, parecida a un meteoro,
tu cabeza bailaba y expandía como con aspas verdes
la claridad. Abandonado elijo
tu lado triste: a veces, como Dios, no estás
en ningún lado; entonces cierras
los ojos, oh Lesbia, y tiemblas como esas
grandes hojas tropicales mojadas. Abandonado
elijo tu lado esencial: nunca vuelves,
eres como una muerta obstinada, tú,
la oscura patrona del haber sido. Abandonado
elijo tu lado vuelto hacia mí: algo de cuya cara
tu corazón es el reverso.

Juan José Saer nació en Serodino (prov. de Sta. Fe) en 1937. Tiene publicada una vasta obra narrativa y un solo libro de poesía: El arte de narrar. También ha publicado diversos ensayos y ha sido traducido a numerosos idiomas. En 1968 se radicó en París y fue profesor en la Universidad de Rennes. Falleció en 2005.
Romina Freschi/ Nákar Elliff-ce

Ovnipersia, Centralasia, África Actual
Poema extraído de la serie Córdoba de Romina Freschi (2005, inédita)

francés para asemejarme a las chicharras
que achicharran los oídos
con sus sonidos de ovni.
la vida natural se hace extraterrestre cuando penetro débilmente en la naturaleza.
el corazón de las tinieblas es un planeta de músicos aleteadores y naves luciérnagas.
lo claro es aclarado.
el humor desaparece.
la fuerza aérea de las avispas asola la mansedad del agua.
pulóver de pecho, flota!
los ejércitos de hormigas se hacen paso entre el hormigón y la maleza.
los picaflores nos miran desde arriba.
las cigarras fuman cigarros y hacen batucadas de rayos láser,
todos los días: la ópera de: La Guerra De Los Mundos.
un sólido suelo salado nos refleja.
el mar está lejos
pero el sudor nos lava
ese frotar de las patas de las chicharras
yo también sobrevuelo batiéndome como alas de colibrí
carnosas, mamarias, batucadas también.
santuario de las horas
el atardecer quema el suelo.
la luz parece que emanara de la tierra
como todo el sonido
y el movimiento.
el clímax del día que se abre con su juguito.
hasta la cortadora de pasto parece una festejante más.
hoy se resuelve como ayer, y el agua está caliente.
los demonios se desperezan, o se duermen, cocidos por el sueño de las noches de calor,
la digestión de lo pesado, las yeguas gallardas en las noches
y sus relinchos callados.
me siento abducida por las cigarras.
la transportación de mi cuerpo es una piedra que flota.

Romina Freschi
Es argentina y nació en 1974. Publicó los libros de poesía redondel (Siesta 1998-2003), Estremezcales (Tsé Tsé 2000), Petróleo (Eloísa 2002) y El-pe-Yo (Paradiso 2003) + las plaquetas Soleros (1998 BAND), Incrustaciones en confite (1999), Villa Ventana (Arte Plegable, con ilustraciones de F. Fazzolari, 2003) 3/3/3 (PDD 2005), Solaris (pájarosló, bilingüe, 2007), Variaciones de Órbita (pájarosló, 2010) y Quien siempre gana es Poseidón (Tocadesata, 2011). Entre otros reconocimientos, en 2002 recibió un subsidio a la Creación de la Fundación Antorchas, en 2004 realizó una residencia para artistas becada por dicha institución y el Banff Centre de Canadá y en 2004 y 2006 recibió subsidios de Emprendimiento Cultural y como Creadora del Fondo Metropolitano para las Artes para la revista Plebella (www.plebella.com.ar), de crítica de poesía actual, de la cual es directora y donde desarrolla su labor crítica. Fue fundadora de los proyectos Zapatos Rojos, Cabaret Voltaire, Living de la Poesía, Arte Plegable y pájarosló editora, entre otros. Es egresada de la carrera de Letras (UBA). Coordina talleres de poesía (www.pajaroslocos.blogspot.com). Su blog personal es www.freschi.blogspot.com

Fragmento de Ovnipersia, Nákar Elliff-ce, tsé tsé, 2001

Estamos en el rancho de cualquierparte
en el rancho de la bienquerida por el que cruza la estrella del mediodía.
su galería se inicia a la altura del eco seno:
estoy retirado al costado del mar y descanso (pero como quien dice "ahí me comen")
y permite la costilla de la hora entrar a su sable de siesta:
no deja de temblar este hilo del que un habla cuelga.

Azulamarillo de la aguafiesta y del emerger a la espuma y al ovni de la ola:
salgo hacia donde cuelgan los trapos
sector de parición a pleno día brasa un canto que aplasta los cardos.
Vida solita entre el mar y la ropa disparada contra el suelo:
mi ranchera es mi germen de naviger,
fotografemas del espacio en sus paredes caseras
la vuelven el módulo de desconocimiento que orbita la arena.

ná Khar Elliff-ce editó Ovnipersia por tsé-tsé, 2001, http://ovnipersia.blogspot.com/ En el 2008 naKh ab Ra edita el libro de poemas Boingo-Bong, también por tsé=tsé. Fue co-editor de la revista tsé-tsé entre los años 1997-2002, además de colaborar con ella antes y después de ese lustro. naKaZar fundó la Estación Orbital Alógena en agosto de 2002, http://www.estacionalogena.com.ar/, espacio de experimentación en arte, filosofía, literatura, microfísica, patafísica y universos-B. Editó por Eloísa Cartonera el relato Umbanda-Jackson, año 2003, con ilustraciones de María Delia Lozupone. Elina Khar es perfórmata y fundador del Frente Dionisíaco Pyra. Escribió un Breve diccionario de brujería portátil para el tomo colectivo Nosotros, los brujos, Buenos Aires, 2008, http://www.deleuzebrujo.blogspot.com/

Colaboran
Facundo R. Soto/ Germán Weissi/ Paz Garberoglio/ Walter Álvarez

Organiza
Ediciones Presente
edicionespresente.blogspot.com
presenteediciones@gmail.com

Lecturas

Sábado 17

Eduardo Espósito/ Jorge Boccarena

Gael Policano Rossi/ Juana Bignozzi

Luciana Caamaño/ Anne Sexton

Paz Levinson/ Ricardo Zelarayán

Paz Garberoglio/Juan José Saer

Romina Freschi/ Nákar Elliff-ce


Eduardo Espósito/ Jorge Boccarena

Clase turista

Porque no estamos hechos
de carne ni de sangre como pretendemos
aunque alguno que otro traje parezca desmentirlo
Porque la humedad bisiesta de este pueblo
arropa formas innombrables y mezquinas
Y nuestras lenguas de trapo
achican dos talles en invierno
Y porque el sur también existe
en un afiche al menos
Porque soplamos semillas de amargón cada verano
para que alguien se eleve liviano en sus muñones
así enmohezcan los planos inclinados
Porque rezamos desnudos en las playas
y nadamos vestidos en nuestras sofocadas camas
y vacacionamos de oído
y hacemos de la fiesta una fanfarria
y porque sí
y porque el mar y la montaña
y estas ganas de ser otro
bajo una luna parecida.
A Robert F. Young

Eduardo Espósito
Nace en la ciudad de Buenos Aires, el 9 de mayo de 1956.
Ha publicado. El niño que jugaba a ser Rayo. Bs. AS., 1992; Violín en bolsa. Bs. As., 1995. Una novia para King Kong. Bs. As., 2005, Quilombario. Bs. As., 2008.
Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte. Bs. As.: de la Flor, 1999. e Italiani d’ Altrove. Milan: Rayuela Edizioni, 2010.
Coordina desde 1996 los talleres de escritura de la Dirección de Cultura de la ciudad de Moreno, y a partir de 2001, desempeña igual actividad en el taller literario “Elementales Leches” de la ciudad de Gral. Rodríguez, Argentina.
Textos suyos han sido publicados en revistas y blogs de Chile, Perú, Colombia, México, República Dominicana, El Salvador, Honduras, Estados Unidos, España e Italia. Traducido parcialmente al inglés e italiano.
Reside en Paso del Rey, Buenos Aires.


Alejandra Pizarnik abre su cuaderno de apuntes

El hombre que saca la cabeza del agua,
es un pez que se asfixia.
El pez que mete la cabeza en el agua,
es un hombre y se ahoga.

El poeta escribe en la línea del agua,
y se asfixia,
y se ahoga.


Jorge Boccanera
Poeta, dramaturgo y ensayista argentino nacido en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, en 1952.
Desde 1976, a raíz del golpe de estado en su país, vivió largo tiempo exiliado en México y Centroamérica, ejerciendo el periodismo y colaborando en muchas actividades literarias . Al caer la dictadura militar se radicó nuevamente en su país, dedicándose por completo a la literatura.
En 1976 obtuvo el premio "Casa de las Américas" de Cuba, posteriormente el "Premio Nacional de poesía joven" en México y en 2008 el VIII Premio Casa de América de Poesía Americana por su libro "Palma real".
De sus libros de poesía merecen destacarse: Los espantapájaros suicidas en 1974, Noticias de una mujer cualquiera en 1976, Contraseña en 1976, Poemas del tamaño de una naranja en 1979, Música de fagot y piernas de Victoria en 1979, Los ojos del pájaro quemado en 1980, Polvo para morder en 1986, Sordomuda en 1991, Zona de Tolerancia en 1998 y Bestias en un hotel de paso en 2001.


































Gael Policano Rossi/ Juana Bignozzi


El veranito de San Juan

viajo solo en avión desde los 8 años
generalmente me sentaban en la primera fila
y me colgaban un sobre transparente con:
mi número de vuelo y mi dni
el teléfono de mi tutor y mi nombre por escrito;
alguna vez jugué a que no hablaba español
y cargué mi valija hasta el estacionamiento
a veces me recogía un extraño
y a veces me esperaba mi madre
con ojos llenos de lágrimas sin motivo;
alguna vez pensé que deberían llamarse aeromonas
porque siempre son lindas y tienen un pelo hermoso
como pasajero frecuente de southern wings
el azul profundo es el color de la confianza
pero la luz de tubo es por más deprimente
si hay un vuelo con tormenta y venís de noche
bajando a una ciudad de luces anaranjadas
viviendo un alunizaje imposible y terrorífico
tenés que mirar el techo y cantar una canción linda


Gael Policano Rossi
( 1987). Estudio guión de Cine y TV, escribo y actúo. Formo parte del Grupo Capicúa y de la banda NO TE CONOZCO. Desde 2007 se destaca mi actividad junto Maruja Bustamante en teatro como asistente artístico y dramaturgista (Paraná Porá, Fugu, NENA no robarás de Dani Umpi, Mayoría, Adela está cazando patos, entre otras). Fui galardonado Mejor Actor de Reparto por el Festival Internacional de la Telenovela por mi trabajo en Plan V la serie (2010).
En poesía publiqué la plaqueta "Zombies" (2010) por Proveedora de Droga, entre otras, y mi primer libro "vosiyo" (2009) por tocadesata ediciones. Actualmente estoy trabajando en "el veránito de san juan" de próxima edición.
+ sacodepiel.blogspot.com -mi blog-
+ grupocapicua.blogspot.com -porfolio de teatro-
+ vosiyo.tumblr.com -blog con noticias del libro-
+ planv.com.ar -miniserie LGBT online-


(de "Regreso a la patria", 1989)

En realidad lo que yo quisiera en la vida
es ofrecer fiestas
vivir alguna sustitución de la libertad
extender la mesa recibir a ciertos superficiales
emborracharme con los entrañables
o tal vez con ese hermano único inhallado
la hermana imaginaria el fantasma de las madrugadas
revivir cuandros perfectos sobre los que ha crecido el yuyo
y saber que de esta tierra en invierno quedará
un disco que seguirá cantando en la casa vacía
el teléfono que seguirá llamando a oscuras


Juana Bignozzi
Nació en Buenos Aires en 1937. Formó parte de la "generación del sesenta". Desde 1974 reside en Barcelona. Publicó "Mujer de cierto orden" (1967), "Regreso a la patria" (1989), "Interior con poeta" (1994) y su obra fue reunida en "La ley tu ley" (2000).











































Luciana Caamaño/ Anne Sexton

Acá no
me encantó!
qué parte?
ay no sé, todo, me encantó completita!
se sube a la moto
oculta los auriculares
bajo el casco
ojalá que no se la ponga
claro, la importancia del cumplimiento de las reglas del tránsito
ya sé, te la dejé picando
no lo digas, no lo digas
no lo digas, no lo digas
no digas tránsito lento
qué onda?
causó?
se muestran chochos?
mamita, si lo que andás buscando son súbditos
estás perdiendo el tiempo
sacudí el culo
cómo venís de escote?
ya sé que estoy diciendo cosas que pensás que tenés que pensar que son horribles
abandoná las infulas queer a la cuenta de
uno
dos
tres
tengo una teta más chica que la otra
dicho esto no quiero decir:
no importa el principio
en algún momento
o nos empezamos a entender
o derrapo del todo
total
hay pasto de sobra para mis futuros revuelques
las dos a la orilla del agua
en esta época del frío
denme luces
denme estufas
denme un pancho
denme un cenicero de chapa de la más berreta del mercado con corazón de oro macizo
lo que importa es lo de adentro
denme sexo cochino de lo más bajo presupuesto del mercado con corazón de erotismo a la femme fatale parisina
lo que importa es lo de adentro
de no haber grabado los discos
todo estaría exactamente igual
cuatro años estuvieron de viaje
no tengo idea de cómo les fue
no los vi nunca más
a todo esto
cómo te explico lo que me gustan las sorpresas?
en un local de ropa
venden un sweater con botones
que no conformes con
tener anclas
son dorados
lo podés creer?
yo perdí mi fe en todo el combo
cuando leí la etiquetita,
la mosquita muerta rezaba: $390
traté de tranquilizarme
apagando mi angustia
a fuerza de chorros de:
“el sweater no tiene la culpa, es sólo un producto del mercado, calmate, contené las lágrimas unos segundos, por favor!, no te largues a llorar delante de la empleada, un poco de compostura, por el amor de dios! escéptica pero digna, ya, ya, ya!”
sabés bien que incluso más acá
en un punto de la mañana
no hay persiana que frene la luz del sol
ahora ya no hay tanta luz afuera
hablemos de las cosas que no están:
en este momento
al lado mío
no hay una pantalla
no se está proyectando
una película de hace pocos años con una rubia en sweater que mira al marido sostener la copa que escucha al marido decir, con la copa en la mano:
“brindo porque no se nos acaben nunca los motivos para brindar”
que corre la mirada del marido para que no se de cuenta de que a ver si la vamos cortando con el anhelo del mejor futuro del mercado, quiero reírme ahora y acá y que se te caiga la copa y eso no importe,
en este momento
adelante mío
no hay una mesa
de haber una mesa
arriba no habría pan dulce, ni una miga
en los dedos no tengo anillos
en la mano derecha no tengo un hacha
en la izquierda
tampoco
acá no hay fantasmas
aunque creas en fantasmas,
es como en la propaganda
está científicamente comprobado
acá tampoco hay monstruos
no tengo pruebas
pero te lo discuto a muerte
en este momento
acá
no está sonando la canción que más se cae de onda de la banda más moderna del mercado que dice:
vos estás para el crimen / yo estoy para atrás
es una pena, pero, como ya he dicho
acá
no hay ni una pulgada de pantalla
de haberla
podríamos comprobar que en los canales de música
no están pasando el video del hit
con una vieja convulsionando
vestida de oso polar fluo en tanga
acá
no hay un tipo diciendo:
“esto es una obra conceptual, papá, si no entendés, todo bien, es natural, soy más canchero que dios, chupámela en el ñoba que al telo no llego”
acá no hay bailarinas
menos mal
de lo contrario
en este momento
no tendrían coreo que las sostenga
acá no hay paso que siga este paso
acá no hay paso que valga
y por sobre todas las cosas
acá no hay tu tía
acá
algo
necesariamente
tiene que justificar la fiesta


Luciana Caamaño
Nació en Mar del Plata (Buenos Aires) en 1984. En el año 2006 publicó cocorita (dársena3, El pez de plata) y el primero de los tres números del fanzine tilinga on the rocks con ilustraciones de Agustina Nat que la acompañará a lo largo de la serie (edición de autor). En el año 2008 publicó tres (dársena3, Aguaviva) y ganó el premio Municipal de literatura “Osvaldo Soriano” (Secretaría de Cultura, Mar del Plata). En el año 2009 publicó querida: ahora te llamás muchacho (sacate el saquito) y susie q (sacate el saquito) En el año 2010 publicó desatinada: soberana del mambo (ñasaindy cartonera, Formosa) y en el año 2011 publicó no le digas que murió charol! (spyral jetty, Buenos Aires)


La música se desliza hacia mí

Espere señor. ¿Para qué lado queda casa?
Ellos apagaron la luz
Y la sombra se mueve en la esquina.
No hay señales en este cuarto,
Cuatro mujeres, de más de ochenta,
Cada una con pañales.
La la la, oh… la música se desliza hacia mí,
Y puedo sentir la melodía que tocaban
La noche en que me dejaron
En este instituto privado sobre la colina.

Imagínenlo. Una radio sonando
Y todos aquí estaban locos.
Me gustó y bailé en un círculo.
La música se derrama sobre la razón
Y, de una manera divertida
La música ve más que yo.
Quiero decir que se acuerda mejor;
Recuerda la primer noche aquí.
Estaba el sofocante frío de Noviembre,
Hasta las estrellas estaban adheridas al cielo
Y esa luna demasiado brillante,
Pasando a través de los barrotes para pegarme
Con un canto en la cabeza.
He olvidado todo el resto.

Me atan a esta silla a las 8 A.M.
Y no hay señales que indiquen el camino,
Sólo la radio, sonando para ella misma
Y la canción que recuerda
Más que yo. Oh, la la la
Esta música se desliza hacia mí.
La noche en que llegué bailé en un círculo
Y no tuve miedo.
¿Señor?


Anne Gray Harvey
(Anne Sexton, 1928-1974), nació en Massachusetts en 1928. Se casó con Alfred Muller Sexton a los 19 años. Un año después de nacida su primera hija le diagnosticaron depresión post-parto, sufriendo su primer crisis mental e ingresando a un hospital neuropsiquiátrico. Regresaría allí varias veces, sobre todo luego de sus intentos de suicidio, que se agudizaron luego del nacimiento de sus segunda hija.
En el otoño de 1957 se inscribió en un taller de poesía en donde conocería a Sylvia Plath. Unidas en una relación con matices que lindaban entre la identificación mutua y la rivalidad poética, fueron influencias la una para la otra.
(Se suicidó en 1974.
Publicó: To Bedlam and Part Way Back (1960), All My Pretty Ones (1962), Live or Die (1966) - Premio Pulitzer de poesía en 1967, Love Poems (1969), Transformations (1971), The Book of Folly (1972), The Death Notebooks 1974), de manera póstuma: The Awful Rowing Towards God (1975), 45 Mercy Street (1976), Words for Dr. Y. (1978) Y los libros infantiles: Eggs of Things (1963), More Eggs of Things (1964), Joey and the Birthday Present (1974) y The Wizard's Tears (1975), todos escritos en conjunto con Maxine Kumin.




Paz Levinson/ Ricardo Zelarayán

El nombre de las piedras

La ruta empieza cuando vamos dejando atrás
casas, despensas, escuelas.
En la ciudad no hay trabajo para el viejo,
en el campo algunas cosas quedan por hacer,
cueros apilados, separados por capas de sal
o fardos gordos de lana esperan en galpones.
La estación de trenes es un límite,
el reloj sólo marca la hora en que se paró.
No hay mucho movimiento, un tren escaso llega cada tanto,
cruza el desierto con su velocidad máxima de 80 kilómetros por hora.
A la noche, en el tren, se puede sentir el vacío del campo.
Cuando atraviesa pueblos, muchas veces, no hay estación,
la gente se agrupa en torno a la máquina, suben y bajan, un punto de espera
o sólo se acercan para mirar el suceso de los días.

A unos kilómetros de la estación, las montañas rocosas:
el Valle Encantado se llama, piedras gigantes y un río hondo siguiendo el recorrido.
Él nos lleva y cada vez que aparece empiezan a desfilar el nombre de las piedras.
Los pobladores de por ahí le enseñaron algunos
pero otros se los inventa en el mismo momento, todo le creemos al viejo
no nos interesa cuándo deja de decir la verdad
para despegar en su propia manera de nombrar las cosas:
los osos, el dedo de Dios, el vigilante,
el tren que desaparece detrás de una roca, la familia de tigres,
y así a medida que pasamos van y vienen las figuras
algunas se repiten y otras cambian por azar, sin explicación.
Las piedras toman el nombre mientras la camioneta va
cada vez más lento por la ruta
y los camiones cargados atrás, a toda velocidad, tocan bocinas que resuenan.

Cuando llegamos a destino nos hace cargar cueros,
y ser amables con los viejos que nos extienden un mate tardío.
El negocio se resuelve en truque por unos kilos de azúcar, yerba, tabaco.
El viejo tiene la cara muy curtida, ojos celestes, el sombrero arrugado.
Al rayo del sol en el desierto no sé dónde estoy, ni quién es el viejo del que hablo,
pero la tierra vuela lenta y buscamos un lugar con sombra para pasar el mediodía,
tirar unos pedazos de carne a la parilla, abrir un vino
y después dormir una siesta sobre la campera al borde de un arroyo casi seco.
Un día medio dormida vi cómo dos avestruces asomaban el cuello por unas piedras
las patas dibujaban una cruz en el suelo y los pastos
con el pelo batido como en la ciudad quisieran tenerlo,
matas finas y voluminosas, ¡veo miles de pastos darks!
Un día vi un zorro, los zorros tienen el cuerpo pequeño,
la plaga les llaman, y son los cueritos más preciados.
Tampoco sé por qué hablo de avestruces, pastos, zorros...
Otra vez la camioneta en la ruta, volvemos, una canción no para de sonar,
el viejo esta concentrado en la vuelta, en la línea sinuosa que nos devuelve al pueblo
pero yo escucho esa canción y veo todo en un blanco y negro muy nítido.


María Paz Levinson
Nació en San Carlos de Bariloche en 1978. Publicó Ojos o Luces (1999), Blume (2001) y una traducción de El Bailarín de Hilda Doolittle (2000) en Ediciones Deldiego. Un catálogo de todo lo que hay (2006) en Gog y Magog. Cartas a Cactus en Ediciones Belleza y Felicidad (2008). Y dos ediciones de autor: Estancia y El modo del sueño (ambos en el 2009), y junto a Ana Armendáriz el primer Cuadernos de Poesía y Fotografía, Ediciones Cobra, 2011. Reside en Capital Federal donde estudió cursó Letras y trabaja como sommelier.


La Gran Salina - Ricardo Zelarayán

La locomotora ilumina la sal inmensa,
los bloques de sal de los costados,
yuyos mezclados con sal que crecen entre las vías.
Yo vacilo....
y callo....
porque estoy pensando en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La palabra misterio hay que aplastarla
como se aplasta una pulga,
entre los dos pulgares.
La palabra misterio ya no explica nada.
(El misterio es nada y la nada no se explica por sí misma.)
Habría que reemplazar la palabra misterio
(al menos por hoy, al menos por este "poema")
por lo que yo siento cuando pienso en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La pera trepida en el plato.
La miel se desespera en el frasco cerrado,
para desesperación de las moscas que le acechan posadas al vidrio.
Pero yo no me explico
y hasta ahora nadie ha podido explicarme
por qué me sorprendo pensando
en la Gran Salina.
El hombre de chaleco del salón comedor
se ha quitado los anteojos.
Los anteojos trepidan sobre el mantel de la mesa tendida.
Todo trepida,
todo se estremece,
en el tren que pasa a mediodía por la Gran Salina.
Yo me he sorprendido mirando
la sombra del avión que pasa por la Gran Salina.
Pero eso no explica nada.
Es como una gota que se evapora enseguida.
Hay que distraerse, dicen.
Hay que distraerse mirando y recordando
para tapar el sueño
de la Gran Salina.
Un piano colgado como una araña del hilo
se ha detenido entre los pisos doce y trece...
Un camión pasa cargado de ventiladores de pie
que mueven alegremente sus hélices.
En 1948, en Salta,
fuimos de noche a cazar vizcachas y ranas,
y la conversación se apagó con el fuego del asado,
abrumados como estábamos por el cielo negro
y estrellado.
Nerviosamente encendíamos y apagábamos las linternas
hasta quedarnos sin pilas.
Tampoco puedo explicarme por qué sueño con pilas de linternas,
con pilas para radios a transistores.
Ni por qué sueño con lamparitas de luz,
delicadamente guardadas en sus cajas respectivas.
Ni por qué me sorprendo mirando el filamento roto
de una lamparita quemada.
Nunca he visto...
nunca he podido imaginarme
la lluvia cayendo sobre la Gran Salina.
Yo no tengo objetivos pero me gusta objetivar.
Desde chico intenté cortar una gota de agua en dos
(con una tijera).
Aún hoy intento,
apartando las cosas de la mesa
o ahuyentando amigos,
imitar, imaginarme, la lluvia sobre la Gran Salina.
Tomo una plancha caliente y le salpico gotas de agua.
Pero aunque pueda imaginarme todo,
nunca podré imaginarme
el olor a salina mojada.
Anoche llegué a mi casa a las tres de la mañana.
En la oscuridad, tropecé con un mueble...
y allí nomás me quedé pensando
en lo que no quería pensar...
en lo que creía bien olvidado!
Pero en realidad me estaba escapando
del sueño estremecedor de la Gran Salina.
Y ahora me interrogo a mí mismo
como si estuviera preso y declarara:
La Gran Salina o Salina Grande
está situada al norte de Córdoba,
cerca (o dentro, no recuerdo)
del límite con Santiago del Estero".
Estoy mirando el mapa...
pero esto no explica nada.
La caja de fósforos queda vacía
a las cuatro de la mañana
y yo me palpo a mí mismo, desesperado,
con el cigarrillo en la boca...
Habría que inventar el fuego, pensarían algunos.
Yo en cambio pienso en los reflejos del tren
que pasa de noche junto al río Salado.
No puedo dormir cuando viajando de noche
sé que tengo a mi derecha
el río Salado.
Paro aún así sigo escapando del gran misterio...
del misterio de la sal inagotable de la Gran Salina.
Recuerdo cuando arrojábamos impunemente naranjas chupadas
al espejo ciejo y enceguecedor de la Gran Salina.
A la siesta, cuando la resolana enceguece más que el sol.
Esperábamos llegar a Tucumán a las siete
y a las dos de la tarde tuvimos que cambiar una rueda
junto a la Gran Salina.
Un diario volaba por el aire...
el sol calcinaba las arrugadas noticias del mundo
del diario que caía sobre la Gran Salina.
Y vi pasar varios trenes
y hasta un jet...
Los pasajeros de los Caravelle
o de los Bac One-Eleven,
no saben que esa mancha azulada,
que a lo mejor están viendo en este mismo momento,
desde ocho mil metros de altura,
esa mancha azulada que permanece durante escasos minutos,
es la Gran Salina,
la Salina Grande.
Pero el jet anda muy alto.
La Gran Salina no conoce su sombra que pasa.
Los pasajeros del jet duermen...
se sienten muy seguros.
En el jet no hay paracaídas.
Los jets no caen. Explotan.
Hace unos años,
un avión que no era un jet volaba, creo, sobre Santa Fe.
De pronto se abrió una puerta
y una camarera tuvo que obedecer calladita
a las sagradas leyes de la física, y demostrar su inequívoco apego a la ley de la gravedad.
Una ley dura como las piedras metidas en la boca de Demóstenes
que, según dicen, hablaba mucho.
Aquí hay que hacer un minuto de silencio.
Primero, por la dócil camarera sin cama del avión.
Después, por las palabras muertas,
muertas por no decir nada...
misterio, por ejemplo,
que sirve para no explicar lo inexplicable,
lo que yo siento cuando pienso en la Gran Salina,
lo que traté de no pensar un día que caminaba por la Gran Salina
tratando de distraerme y de no pensar dónde estaba,
escuchando una canción de Leo Dan
que pasaba LV12 Radio Aconquija
y el Concierto en sol de Ravel por la filial de Radio Nacional.
¿Qué pensaría Ravel, el finado,
si caminara como yo en ese momento
por la Gran Salina.
Ravel, púdico sentimental, te imagino tocando el piano que hoy vi colgado
entre el piso 12 y el piso 13.
Sí, pobre Ravel de 1932
con un tumor en la cabeza que ya no lo dejaba componer.
Ravel tocando solo,
de noche (pero eso sí, absolutamente solo)
los "Valses nobles y sentimentales" en medio de la Gran Salina.
Estoy seguro que se hubiera interrumpido
al escuchar el silbato lejano de la locomotora,
para ver el haz de luz a la distancia
y la penumbra sobre la Gran Salina.
Días pasados fui al Hospital.
Hace años yo andaba por allí,
despreocupado y con mi guardapolvo blanco.
Pero ahora, de simple paciente,
sentí el ruidito angustioso!
Trank!
de la máquina de sacar radiografías!
Y que pase otro! gritó el enfermero.
Pero el otro no podrá explicarme
por qué tengo sed,
por qué voy detrás del agua cautiva de la botella y de la sal capturada en el salero,
yo, tan luego yo,
capturado en el sueño de la Gran Salina.
Un amigo, alto funcionario estatal,
me ofreció su pase libre para viajar por todo el país.
Total, me dijo, es un pase innominado,
cualquiera lo puede usar...
si se lo presto.
El pase sin nombre me deslumbró
como la marca de la cubierta que leí y releí
cuando cambiábamos la rueda junto a la Gran Salina.
Pero después pensé en Tucumán
(mi segunda provincia)
y en las vértebras azules del Aconquija
horadando las nubes blancas.
Ahora me entero que mi amigo,
el del pase sin nombre,
se separó de la mujer.
Aquí me callo...
Pero el silencio me hace pensar ahora
en lo que no quise pensar cuando miré el pase sin nombre que me ofrecían,
en lo que dejé de pensar hace un momento...
cuando vi pasar el ascensor con una mujer silenciosa
que no me quiso llevar.
Olvidemos el ascensor perdido
y pensemos de nuevo, de frente, en la sal
(cloruro de sodio)
y en el misterio...
Pero como nada es misterio
hagamos una traducción de apuro:
miss Terio
o miss Tedio
o chica rodeada de teros asustados
o algo por el estilo.
Pero no hay distracción que valga.
El ayudante de cocina del vagón comedor
se rasca la cabeza de tanto en tanto
pero sigue pelando papas sin distraerse
en el tren que se acerca a la Gran Salina.
Y el ascensor perdido con la mujer silenciosa
sigue recorriendo kilómetros entre la planta baja
y el piso quince.
El sastre de enfrente que ya comió
se asoma a tomar aire con el metro colgado en el cuello.
Yo pienso en comer, como se ve...
Son exactamente las 14 horas, 8 minutos, 30 segundos.
Y también, no sé por qué,
pienso en el acorazado de bolsillo Graf Spee
que en los comienzos de la última guerra
se suicidó antes que su capitán
frente a Punta del Este.
El Graf Spee yace a treinta metros de profundidad.
Ya nadie se acuerda de él.
Ni siquiera los hombres-rana
que bajaron a explorar sus entrañas.
Pero hasta los hombre-rana
salen a comer a mediodía.
Y a veces, para comer,
sólo se quitan las antiparras y los tubos de oxígeno.
Todavía hay gente que se asombra viendo comer a esos hombres...
con patas de rana.
Los hombres-rana reclaman al mozo la sal que se olvidó!
Dale!... Dale!
Hoy almuerzo con amigos
(si es que no se fueron).
Miraré de costado la sal y pediré pimienta en vez,
porque tengo miedo de quedarme callado,
ya se sabe por qué.
No quiero quedarme callado
ni distraerme,
ya se sabe por qué.
En realidad no se sabe nada
del sueño de la pilas,
de la lluvia sobre la sal,
de la chica del ascensor,
del sastre asomado con el metro colgado
o del tren que pasa de noche indiferente
junto a lo que ya se sabe
y no se sabe.


Ricardo Zelarayán
Nació en Entre Ríos en 1922 y murió en el 2010. Escritor. Trabajó como corrector, traductor y periodista. Escribió La obsesión del espacio (1972, reeditada 1997), La piel del Caballo (Catálogos Editora1986 y reeditada por Adriana Hidalgo 1999), Roña Criolla (Tierra Firme,1991) y Lata peinada (Editorial Argonauta 2008) entre otros.






























Paz Garberoglio/Juan José Saer

La verdad no es un pájaro que compré
sin esfuerzo
una tarde
en Prudan street.
Es una gran familia la nostalgia,
alimenta herederos
con firmeza.
Los vestidos que se venden aquí
fueron cosidos hace tiempo
frente a una ventana
que no se rompe
cuando aumenta la velocidad
de los automóviles.
En la ciudad de fuego,
el natatorio municipal
ondula
bajo la autopista.
No descansan las ruinas,
los farmacéuticos
torcerán la historia.

María de la Paz Garberoglio
Nació en 1975, reside en Buenos Aires. Es licenciada en comunicación social y gestora cultural. Publicó Museo (Ediciones Presente), La ruta del bien (Zorra Poesía) y Lo cómodo de vivir (Zorra Poesía).


Por Clodia (Lesbia) en el cabaret

Sin embargo tus ojos ardían recientes bajo las drogas
fugaces y livianos como dos cirios en las sombras.
Acunabas un lobo por corazón, oh queridísima Clodia, oh Lesbia.
Abandonado elijo tu lado bueno: entre las luces
mínimas, las atroces, parecida a un meteoro,
tu cabeza bailaba y expandía como con aspas verdes
la claridad. Abandonado elijo
tu lado triste: a veces, como Dios, no estás
en ningún lado; entonces cierras
los ojos, oh Lesbia, y tiemblas como esas
grandes hojas tropicales mojadas. Abandonado
elijo tu lado esencial: nunca vuelves,
eres como una muerta obstinada, tú,
la oscura patrona del haber sido. Abandonado
elijo tu lado vuelto hacia mí: algo de cuya cara
tu corazón es el reverso.

Juan José Saer nació en Serodino (prov. de Sta. Fe) en 1937. Tiene publicada una vasta obra narrativa y un solo libro de poesía: El arte de narrar. También ha publicado diversos ensayos y ha sido traducido a numerosos idiomas. En 1968 se radicó en París y fue profesor en la Universidad de Rennes. Falleció en 2005.
Romina Freschi/ Nákar Elliff-ce


Ovnipersia, Centralasia, África Actual
Poema extraído de la serie Córdoba de Romina Freschi (2005, inédita)

francés para asemejarme a las chicharras
que achicharran los oídos
con sus sonidos de ovni.
la vida natural se hace extraterrestre cuando penetro débilmente en la naturaleza.
el corazón de las tinieblas es un planeta de músicos aleteadores y naves luciérnagas.
lo claro es aclarado.
el humor desaparece.
la fuerza aérea de las avispas asola la mansedad del agua.
pulóver de pecho, flota!
los ejércitos de hormigas se hacen paso entre el hormigón y la maleza.
los picaflores nos miran desde arriba.
las cigarras fuman cigarros y hacen batucadas de rayos láser,
todos los días: la ópera de: La Guerra De Los Mundos.
un sólido suelo salado nos refleja.
el mar está lejos
pero el sudor nos lava
ese frotar de las patas de las chicharras
yo también sobrevuelo batiéndome como alas de colibrí
carnosas, mamarias, batucadas también.
santuario de las horas
el atardecer quema el suelo.
la luz parece que emanara de la tierra
como todo el sonido
y el movimiento.
el clímax del día que se abre con su juguito.
hasta la cortadora de pasto parece una festejante más.
hoy se resuelve como ayer, y el agua está caliente.
los demonios se desperezan, o se duermen, cocidos por el sueño de las noches de calor,
la digestión de lo pesado, las yeguas gallardas en las noches
y sus relinchos callados.
me siento abducida por las cigarras.
la transportación de mi cuerpo es una piedra que flota.


Romina Freschi
Es argentina y nació en 1974. Publicó los libros de poesía redondel (Siesta 1998-2003), Estremezcales (Tsé Tsé 2000), Petróleo (Eloísa 2002) y El-pe-Yo (Paradiso 2003) + las plaquetas Soleros (1998 BAND), Incrustaciones en confite (1999), Villa Ventana (Arte Plegable, con ilustraciones de F. Fazzolari, 2003) 3/3/3 (PDD 2005), Solaris (pájarosló, bilingüe, 2007), Variaciones de Órbita (pájarosló, 2010) y Quien siempre gana es Poseidón (Tocadesata, 2011). Entre otros reconocimientos, en 2002 recibió un subsidio a la Creación de la Fundación Antorchas, en 2004 realizó una residencia para artistas becada por dicha institución y el Banff Centre de Canadá y en 2004 y 2006 recibió subsidios de Emprendimiento Cultural y como Creadora del Fondo Metropolitano para las Artes para la revista Plebella (www.plebella.com.ar), de crítica de poesía actual, de la cual es directora y donde desarrolla su labor crítica. Fue fundadora de los proyectos Zapatos Rojos, Cabaret Voltaire, Living de la Poesía, Arte Plegable y pájarosló editora, entre otros. Es egresada de la carrera de Letras (UBA). Coordina talleres de poesía (www.pajaroslocos.blogspot.com). Su blog personal es www.freschi.blogspot.com


Fragmento de Ovnipersia, Nákar Elliff-ce, tsé tsé, 2001

Estamos en el rancho de cualquierparte
en el rancho de la bienquerida por el que cruza la estrella del mediodía.
su galería se inicia a la altura del eco seno:
estoy retirado al costado del mar y descanso (pero como quien dice "ahí me comen")
y permite la costilla de la hora entrar a su sable de siesta:
no deja de temblar este hilo del que un habla cuelga.

Azulamarillo de la aguafiesta y del emerger a la espuma y al ovni de la ola:
salgo hacia donde cuelgan los trapos
sector de parición a pleno día brasa un canto que aplasta los cardos.
Vida solita entre el mar y la ropa disparada contra el suelo:
mi ranchera es mi germen de naviger,
fotografemas del espacio en sus paredes caseras
la vuelven el módulo de desconocimiento que orbita la arena.

ná Khar Elliff-ce editó Ovnipersia por tsé-tsé, 2001, http://ovnipersia.blogspot.com/ En el 2008 naKh ab Ra edita el libro de poemas Boingo-Bong, también por tsé=tsé. Fue co-editor de la revista tsé-tsé entre los años 1997-2002, además de colaborar con ella antes y después de ese lustro. naKaZar fundó la Estación Orbital Alógena en agosto de 2002, http://www.estacionalogena.com.ar/, espacio de experimentación en arte, filosofía, literatura, microfísica, patafísica y universos-B. Editó por Eloísa Cartonera el relato Umbanda-Jackson, año 2003, con ilustraciones de María Delia Lozupone. Elina Khar es perfórmata y fundador del Frente Dionisíaco Pyra. Escribió un Breve diccionario de brujería portátil para el tomo colectivo Nosotros, los brujos, Buenos Aires, 2008, http://www.deleuzebrujo.blogspot.com/ .



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