lunes, 26 de septiembre de 2011

Lecturas

Sábado 24

Karina Macció / Sylvia Plath

Laura López/ William Blake

Marina Gersberg/ Idea Vilariño

Sol Echeverría/ Beatriz Vignoli

Walter Álvarez/ Jacobo Fijman

Musicaliza El Forastero

Performance Cristina Coll y Majo Lascano

Cristina Coll. Artista Visual y Licenciada en Artes Visuales (IUNA). Su obra transita por varios espacios, Pintura, Dibujo, Acciones, Videoperformance, Fotoperformance, Performance. La Oficina proyectista en el Fondo 2011.FONDO NACIONAL DE LAS ARTES. Buenos Aires. Argentina. / Panteón de los héroes 2011. FUNDACION OSDE. Buenos Aires. Argentina. / Mención de Honor del Jurado XIII Premio Federico Klemm 2009. Buenos Aires. Argentina.

Majo Lascano. Nací en 1971 en Córdoba. De 1997 al 2002 trabajo en el Museo Nacional de Bellas Artes y comienzo a mostrar una serie de dibujos y pinturas con collage. Del 2003 al 2005 asistí al taller de análisis de obra con Tulio de Sagastizabal, el último año bajo la beca del FNA.
Hasta el momento he realizado las muestras individuales: “Jardín Japonés” en Baltar - Mar del Plata y “Como en casa” en Oficina Proyectista (2007), “Miscelánea” en Lomo (2003) y versión reeditada “Miscelánea” en Alianza Francesa - Bahia Blanca (2004), “Papeles” en Ant (2001).
Integro el grupo La Mudadora, con quienes intervengo espacios en estado de mudanza: “en casa %” (2006) y “la mudadora-Cramer 3535” (2007).
Desde 1998 participo en salones y muestras colectivas, destaco de estas últimas “de Visita” con amigas invitadas en Casa 13. Distinciones (selección): Beca Nacional de Perfeccionamiento, Fondo Nacional de las Artes (2005), 1º premio adquisición “Mujeres 2002” del Banco Ciudad y 1º mención ilustración de la bienal bridgestone (2000).
Vivo y trabajo en Buenos Aires.

Karina Macció / Sylvia Plath

De Diario de la Transformación, de Karina Macció, Viajera Editorial, 2011

Dejálo venir
es el chorro que no tiene que fluye
por dónde
por qué
es el chorro de 12 años
(o quién sabe)
raquítico
(¿cuántos años?)
quiso robarme
o no
ayer (mi pasado)
¿tenía un arma?
no vi nada
había tinieblas
sí, tinieblas san telmo
telarañas (en pasado)
en mis ojos
no sé cómo
medí
(siempre me doy) me fui
pero mi chorro
el que sale siempre
fugado
no lo puedo
parar
hago como que
me visto de policía
de maestra
de directora
hago como que
“Usted, sí, usted
deténgase”
“¿Qué? ¿a mí?”
“Sí, a usted”
“Qué” no sé
me perturba la negación
conjunta es peor
más grande que un gran
A C T O
siempre es el Primer
Acto
trulado
está mal
grabado y se repite
me asalta me afana me roba
(como las series)
un afano
eso es lo que hay
me afano
taaaanto!
un afán instintivo
afanoso
afamado
este infinito chorrear
tiene historia
ilegible por propia
ciega
por eso
dejálo venir
no lo evites
como en la película de Bruce Lee
que soñaba
un guerrero imbatible
lo hacía bolsa le ganaba
por afano
cuando despertaba
Bruce Lee comprendía
(el sí yo no)
que era más que un sueño
o que el sueño
es más
que esto
(Bruce Lee también leía)
tenía miedo
peor después
con su hijo (el futuro)
el sueño y el guerrero
que lo seguía
afanando
ambos murieron así
jóvenes
duplicados
entonces ¿pudieron comprender?
¿quién vio a Bruce Lee soñar y lo contó
después? ¿fue Bruce Lee quien dijo lo que había visto o su psicólogo
lo reveló?
o alguien inventó que Bruce Lee soñaba eso para darle coherencia a una vida
desdoblada en un brucito
sin cerrar?
¿y qué importa?
Es una película clase b
de bruce (bruise)
el moretón
así es verdad que no se sabe
dónde se encuentra
la verdad
Bruce Lee habría dicho
dejálo venir
te va a golpear el pecho como un bestia
puño cerrado en el corazón
mortero
martillo
maza
(otra serie)
te va a golpear como un reloj mecánico
con múltiples personajes que se golpean
entre sí
te va a golpear
exigente
relojito
te va a golpear como el más desesperado
enamorado cuando
se caliente con los golpes
un poco
tu corazón
te va a golpear más
encantado
por el agujero
del chorro
la guarida que tenés
metida ahí
adentro
entonces
dejálo venir
es la única forma
tenés que pasarlo
(nunca pensarlo)
del otro lado
no sé si se va
a cansar
pero algo rígido
transparente
el mismo aire
aliento
lo va a separar.
Dejálo venir
de una vez por todas
para que se vaya.

Karina Macció
Nació en Buenos Aires en 1974. Es Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, donde se ha especializado en literatura latinoamericana y argentina, investigando especialmente la obra del poeta Juan L. Ortiz. También es profesora de inglés y ha estudiado y traducido textos como el Ariel de Sylvia Plath, La canción del viejo marinero de Samuel T. Coleridge, y cuentos y poemas de E. A. Poe, que han circulado en diversas ediciones.Ha publicado los libros de poemas Pupilas Estrelladas (-premio Arde Filo, UBA- Siesta Editorial, 1998), Ferina (-premio de la Fundación Octubre, 2000-La Bohemia Editorial, 2001), Lestrygonia (-premio De las Huellas a la Palabra, Abuelas de Plaza de Mayo, 1998- Aurelia Rivera Editorial, 2003), Impresos en rojo (-Subsidio a la Creación del Fondo de Cultura BA-, Gog y Magog, 2006); La pérdida o La perdida, Viajera Editorial, 2008; y este Diario de la Transformación, distinguido con el Subsidio del Fondo Metropolitano.
Desde hace siete años, dirige Siempre de Viaje Literatura en p r o g r e s o, espacio de talleres de lectura y escritura, producción de eventos literarios y artísticos y de ediciones artesanales. En el 2006 inicia la publicación de Poesía Portátil, pliegos de poesía nueva, y la Colección Valijita, de libros y objetos de autor. En el 2008 inicia Letras Combinadas, un encuentro que reúne la literatura con otras disciplinas artísticas tomando como punto de partida la idea del viaje.

Lady Lazarus Traducción por Karina Macció

Lo he vuelto a hacer
Un año cada diez
Me las arreglo –

Una especie de milagro caminante, mi piel
Brillante como una pantalla Nazi,
Mi pie derecho

Un pisapapeles,
Mi cara sin facciones, una fina
Judía sábana

Arranca la servilleta
Oh mi enemigo.
¿Es que aterrorizo? –

La nariz, los huecos de los ojos, el completo set de dientes
El aliento agrio
Se desvanecerá en un día.

Pronto, pronto la carne
Que la tumba cueva comió estará
En casa sobre mí

Y yo una mujer sonriente.
Tengo sólo treinta.
Y como el gato nueve veces puedo morir.

Ésta es la Número Tres.
Qué desperdicio
Aniquilar cada década.

Qué millón de filamentos
La multitud de crujiente-de-maní
Se apretuja para ver

A ellos desenvolverme mano y pie-
El gran strip tease.
Caballeros, damas,

Éstas son mis manos,
Mis rodillas.
Quizás pueda ser piel y hueso,

Sin embargo, soy la misma, idéntica mujer.
La primera vez que pasó tenía diez.
Fue un accidente.

La segunda vez quise
Acabarla y no volver nunca más
Me arrullé cerrada

Como una caracola
Tenían que llamar y llamar
Y quitar los gusanos de mí como perlas pegajosas.

Morir
Es un arte, como cualquier otro.
Lo hago excepcionalmente bien.

Lo hago tanto que se siente un infierno.
Lo hago tanto que se siente real.
Supongo que podrías decir que tengo una vocación.

Es bastante fácil hacerlo en una celda.
Es bastante fácil de hacer y quedarse quieta,
Es la teatral

Vuelta en broad day
Al mismo lugar, la misma cara, el mismo bruto
Divertido grito:

'¡Un milagro!'
Que me noquea
Hay un precio

Por la visión de mis cicatrices, hay un precio
Por el oír de mi corazón-
Realmente anda.

Y hay un precio, un precio muy grande
Por una palabra o un toque
O un poco de sangre

O un pedazo de mi pelo o de mis ropas.
Así que, así, Herr Doktor.
Así que, Herr Enemy.

Soy tu obra,
Soy tu valor,
El bebé de oro puro

Que se derrite en un chillido.
Giro y quemo.
No pienses que subestimo tu gran preocupación.

Ceniza, ceniza-
Hurgas y remueves.
Carne, hueso, no hay nada allí-

Una torta de jabón,
Un anillo de bodas,
Un relleno de oro.

Herr Dios, Herr Lucifer
Ten cuidado
Ten cuidado.

Fuera de la ceniza
Resurjo con mi pelo rojo
Y devoro hombres como aire.

Sylvia Plath
Boston, 27 de octubre de 1932 – Primrose Hill, Londres, 11 de febrero de 1963). Nacida en el barrio de Jamaica Plain de Boston, Plath mostró gran talento a una edad temprana, al publicar su primer poema con 8 años. Su padre, Otto, que era profesor de universidad y una autoridad en el campo del estudio de la entomología, murió en esa época, el 5 de octubre de 1940. Ella intentó seguir publicando poemas y cuentos en revistas estadounidenses y consiguió cierto éxito. En su primer año en la universidad de Smith College, Plath realizó el primero de sus intentos de suicidio. Esto lo detalló más tarde en su novela semi-autobiográfica La campana de cristal (The Bell Jar). Fue tratada en una institución psiquiátrica (Hospital McLean) y pareció recuperarse aceptablemente, tras lo que se graduó con honores, en 1955. Plath obtuvo una beca Fulbright (que permite estudiar o colaborar en universidades extranjeras), por lo que fue a la Universidad de Cambridge, donde continuó escribiendo poesía y ocasionalmente publicaba su trabajo en el periódico universitario Varsity. Fue en Cambridge donde conoció al poeta inglés Ted Hughes. Se casaron el 16 de junio de 1956. Plath y Hughes vivieron y trabajaron en Estados Unidos desde julio de 1957 hasta octubre de 1959, periodo durante el cual Plath daba clases en Smith College. Posteriormente se mudaron a Boston, donde Plath asistió a seminarios con Robert Lowell. Este curso tuvo una gran influencia en sus obras. También participaba en los seminarios Anne Sexton. Fue en este periodo cuando Plath y Hughes conocieron, por primera vez, a W. S. Merwin, quien admiraba su trabajo y llegó a ser un gran amigo. Al enterarse de que Plath estaba embarazada, volvieron al Reino Unido. Vivió junto con Hughes en Londres durante un tiempo, y después se asentaron en North Tawton, un pequeño pueblo en Devon. Publicó su primera recopilación de poesía, El coloso (The Colossus) en Inglaterra en 1960. En febrero de 1961 tuvo un aborto. Algunos de sus poemas hacen referencia a este hecho. Tuvieron problemas con su matrimonio y se separaron menos de dos años después del nacimiento de su primer hijo. Su separación se debió sobre todo a la aventura amorosa que Hughes tenía con la poetisa Assia Wevill, pero hay quienes especulan que Olwyn Hughes, hermana del poeta, interfirió de manera decisiva en su relación. Plath se suicidó asfixiándose con gas. Está enterrada en el cementerio de Heptonstall, West Yorkshire.

Laura López/ William Blake

Una voz

Poema publicado en el libro Marea Ocular del deseo, página 32. Ediciones Tu llave, 2001.

Quién desea saber la verdad de las sombras.
Quién busca la razón de la voz en la garganta.
Quién se pregunta a solas por la propia vida en manos de tantas cosas.
Quién entre sueños descubre los más grandes misterios.
Quién se anima a saber cómo es posible que se haya dividido el hombre en tantos
insuficientes desmanes
por llegar a ser aquel que ha olvidado creer.

Laura López
Nació en 1979. Es poeta, artista plástica y comunicadora publicitaria. En 2001 editó su primer libro de poemas, Marea ocular del deseo. En 2008 ilustró los libros de poesías O inicio do assoprado, de Rodrigo Domingos, y El tiempo y las cosas, de Amira Juri. Editó la plaqueta Para saltar sobre el abismo del mundo junto a Zorra Poesía en 2010 y en la actualidad está preparando la edición de su último libro de poemas, Maremoto en la cuchara de madera a la vez que trabaja en una nueva obra en el taller de escritura de Valeria De Vito “El ojo del mármol”. Desde 2008 colabora con el Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires.

xxx
Este poema es parte del libro “Matrimonio del Cielo y el Infierno” (1790 – 1793).

Los antiguos Poetas animaban todos los objetos sensibles con Dioses o Genios, nombrándolos y adornándolos con los atributos de bosques, ríos, montañas, lagos, ciudades, naciones y todo lo que sus vastos y numerosos sentidos podían percibir.
Particularmente estudiaban el genio de cada ciudad y región poniéndolo bajo su deidad mental.
Hasta que un sistema fue establecido, del cual algunos se aprovecharon, y esclavizaron al vulgo con el intento de hacer reales o abstraer las deidades mentales de los objetos. Así comenzó el Sacerdocio:
Escogiendo formas de culto a partir de las narraciones poéticas.
Y al final ellos dictaminaron que los Dioses habían ordenado cosas tales.
Así los hombres olvidaron que Todas las deidades moran en el corazón humano.

William Blake
Nació en 1757, un 28 de noviembre. Siglo XVIII. Fue poeta, pintor, ilustrador, grabador; un artista total. No razonaré ni compararé, mi tarea es crear. Blake inventó su propia mitología y teología, y debido a su sensibilidad, visión y apertura frente a lo “invisible” se lo tilda de místico. Creo que el hombre puede ser feliz en este mundo; y sé que este mundo es un mundo de imaginación y visión. Desde niño trabajó y estudió. Estuvo casado, no tuvo hijos. Su búsqueda de la libertad, lo llevó a cuestionar las instituciones de la época, incluida la del matrimonio. Buscaba la verdad, su verdad, ante todo. Poner en duda mis ojos corporales, sería lo mismo que poner en duda una ventana en lo que concierne una vista; miro a través de ella, no con ella. Su obra ha influenciado a infinidad de escritores y músicos, T.S. Eliot, Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Emily Dickinson, Jim Morrison, Patti Smith.

Marina Gersberg/ Idea Vilariño

-fin del mundo-

La vez que estuve más cerca
de la muerte estaba sola
un enchufe me dio una patada
en el cumpleaños de una amiga quedé
con un plus de energía, me recorrió
el cuerpo un rato.

El fin es un secreto
comun y silvestre
como el video de mi fiesta de 15.
nos vamos, fundido a negro
el momento mágico ya pasó
es de una
no importa el miedo
dejemos la cama revuelta
y flotemos.

Marina Gersberg
nació en Buenos Aires en 1978. Es licenciada en psicología. Dirige junto a Luciano Lutereau el sello editorial Pánico el pánico. Publicó Bajar de un hondazo (Pánico el pánico 2009). En junio del 2010 se publicó una selección de sus poemas en la revista de arte latinoamericano Big Sur.

Volver

Quisiera estar en casa
entre mis libros
mi aire mis paredes mis ventanas
mis alfombras raídas
mis cortinas caducas
comer en la mesita de bronce
oír mi radio
dormir entre mis sábanas.
Quisiera estar dormida entre la tierra
no dormida
estar muerta y sin palabras
no estar muerta
no estar
eso quisiera
más que llegar a casa.
Más que llegar a casa
y ver mi lámpara
y mi cama y mi silla y mi ropero
con olor a mi ropa
y dormir bajo el peso conocido
de mis viejas frazadas.
Más que llegar a casa un día de estos
y dormir en mi cama.

Idea Vilariño
nació en Montevideo en 1920. Poeta, crítica literaria, traductora, compositora y educadora. Perteneció al grupo de escritores denominado Generación del 45. Falleció en el año 2009.

Sol Echeverría/ Beatriz Vignoli

Mudanza

I

sobre el departamento en blanco
como una hoja
húmeda en un rincón de la medianera
mi sed se mueve
imprimiendo el ritmo de los días

y se seca sin dejar rastro

asimilar el cambio que viene
y la quietud de una planta baja
inaudible por mi costumbre del habla
hasta que algún sonido la adorna
como un jarrón de vidrio
cuya fragilidad esconde en su interior el filo
que corta el silencio de la tarde

desde afuera se transporta el frío
junto con el olor a pis de perro del vecino
que casi nunca ladra
prudencia de animal domesticado

la pared de la medianera repite
un trauma mudo
que apenas se manifiesta
con la neurosis de la humedad

nada se parece más a un departamento
en ruinas que un
departamento en construcción

muevo las mismas cosas
esperando resultados diferentes
decorar las habitaciones es igual
a llenarse la cabeza con ideas
quedan ahí, inútiles, estorbando

esa primera noche soñé que al mirar
un lago, me congelaba
se me caían los dientes como cubitos de hielo

Sol Echevarría
Nació en Buenos Aires en 1983. Licenciada en Letras (UBA). Escribe poesía y narrativa. Dirige la revista literaria No Retornable (www.no-retornable.com.ar) y colabora en otras revistas de crítica literaria. Publicó Balneario (Zorra/poesía, 2006), Dindong (Color Pastel, 2008) y Postales (La propia cartonera, 2010), además de plaquetas y cosas sueltas.

El bar de la estación de Valentín Alsina

Paisaje de desván de cosas inconclusas y ya viejas
arrumbadas sin orden.
La luz dorada de la tarde de verano
lo vuelve bello como una mano muerta.

El andén silencioso sin los trenes.
Tu Citroen estacionado afuera.
Si esto fuera una película francesa
vendríamos huyendo de algo.

Nos sentamos en el bar casi desierto
por donde el tiempo hace veintiséis años que no pasa.
Las paredes son de un verde espeso, como en un óleo
y los espejos parecen aguas estancadas.
En el silencio antiguo, el tiempo se ahonda
y reconozco, en los bananeros iluminados por el sol
al otro lado de las vías de maniobras, un lugar de mi infancia.
La puerta del bar enmarca ese fragmento de otro tiempo
que aquí, al sur de todo, se ha conservado intacto.

Allá está la cortina de tiras de hule
de cuyas estrías guardo un recuerdo táctil.
Aquellas cortinas venían multicolores
y hacían "flap, flap, flap" cuando se las atravesaba
a gran velocidad y baja altura
siendo niños, sin una imagen que cuidar.
Ah, volver a ser así de leves.
Irnos de todo. Irnos de nuestras vidas.
Pagar todas las deudas y vender todo
y venirnos a vivir aquí y ahora,
de vacaciones por toda la eternidad
al presente que es nunca.

Mirás por la ventana como desde un tren.
Quizás estemos realmente huyendo de algo.
Tu cara blanca, dorada por la luz
es absoluta, como en un óleo de Hopper.
Hablar, decir "la luz", decir "Hopper", es arruinarlo todo.
En realidad, no deberíamos decir nada.
Sólo tenemos esto. El sol que cae.
Aquel edificio que lo tapa.

Beatriz Vignoli
Nació en Rosario en 1965. Es traductora de inglés, narradora y poeta. Coordina clínicas de obra. Participó en diversas antologías de poesía, cuento y ensayo autobiográfico. Ha colaborado en varias revistas literarias y escribe en Rosario/12. Publicó, en poesía, los libros: Proesía (1979), Blues de la erosión (1980), Almagro (Mención Especial Premio Felipe Aldana, 2000), Viernes (2001), Ítaca (2004), Antología Personal (Concejo Deliberante Municipal, Rosario, 2004), Soliloquios (2007), y Bengala (2009). En narrativa, publicó la novela Reality (Segundo Premio compartido con Rubén Tron, Premio Manuel Musto, 2004) y la nouvelle Nadie sabe adónde va la noche (2007), entre otras.

Walter Álvarez/Jacobo Fijman

Los parientes del cuero

Solté un cardenal
porque me amaron otros
con alimentos falsos de lugares pulcros.

Me distraje con silbidos de amantes maduros y sanos
mientras partían salidas de socorro
entre artesanos y parientes egoístas
protegidos por sus perfumes de cuero.

En san justo ya no caen cenizas
con el simple disparo de cohetes
una novia y los enamorados siguen espiando sus formas frágiles.

La oración puede lastimar
El encuentro de un camino
Y al panadero la distancia no lo lleva
mientras llegan dos madres de leche sin lastimarse.

La casa tiene sus hijos pegados
crecen a un ritmo oscuro ni siquiera un milagro los haría salir, es la casa donde nunca hubo una guitarra.

Suelto un cardenal.

Walter Álvarez
Nace en 1972 en Buenos Aires.
Artista autodidacta, dibuja desde siempre pero comienza sus estudios formales en el terreno de las artes visuales en 1998.
En primer lugar se dedica con gran interés a la pintura y luego realiza talleres sobre otras disciplinas en común.
Desde el año 2004 concurre a talleres literarios en los que estudia narrativa y poesía con Alberto Ramponelli y Romina Freschi.
Ha recibido numerosos premios en varias disciplinas, entre ellas, pintura/ dibujo /escultura /objeto y participa en varias publicaciones.
Su obra forma parte de colecciones privadas en España, Venezuela, Colombia, Uruguay, México y Argentina.
Es artista del staff de la galería Sapo "Dibujo Contemporáneo".
http://noviadelosperegrinos.blogspot.com/
http://boladenieve.org.ar/node/4316

Copula

¡Nos unió la mañana con sus risas!
En las rondas del sol
canciones de naranjas.
Danzas de nuestros cuerpos
Desnudos- rojo y bronce.
El olor de la luz era sagrado:
Música de horizontes,
Espacio de paisajes-
Rojo y bronce-
Ruido de melodías,
Himno de soles,
Eternidad
Y abismo de la dicha
En la alegría loca de los vientos.
Canciones de naranjos
En la piedad de los caminos.
¡Todas las aguas del silencio
rompimos en la danza!
Dicha de los abrazos y los besos;
Toda la gloria de la vida
En nuestros pechos
Jadeantes y ligeros;
Nuestros cuerpos: auroras y ponientes
En la alegría loca de los vientos.
¡El corazón del mundo en nuestra boca!

Jacobo Fijman
Nació en Europa, llegó a la Argentina en 1902, donde sus padres habían inmigrado en busca de trabajo; era el mayor de tres hermanos, y tres más nacerían ya en tierra argentina. Tras una breve estancia en Buenos Aires, se trasladaron al sur, donde su padre trabajaba colocando vías férreas en la línea de Río Negro. En 1907 se mudaron a Lobos, donde haría sus estudios primarios; desde niño mostró gran habilidad para el dibujo. Fijman, una personalidad tumultuosa y difícil, abandonó a su familia en 1917 para volver a Buenos Aires, donde estudiaría el profesorado en francés. Durante sus estudios en el Instituto de Lenguas Vivas se formó en filosofía antigua, griego y latín. Adepto al violín desde muy joven, acudió con asiduidad a los espectáculos de música clásica, mostrando verdadera pasión por Arcangelo Corelli. Ya graduado, trabajó brevemente como profesor en un liceo de señoritas, hasta sufrir la primera de sus crisis mentales. Abandonando trabajo y hogar, vagabundeó por la Argentina ganándose la vida como músico callejero; de esta época datan sus primeros poemas. Llegado al Chaco, trabajaría como peón rural un tiempo antes de regresar a Buenos Aires. Su aspecto y costumbres resultaban chocantes para la época, y a inicios de 1921 fue detenido por la policía, salvajemente interrogado y recluido en la cárcel de Villa Devoto. La crisis mental que le produjo el maltrato llevó a su primera internación en el entonces Hospicio de las Mercedes, afectado de delirios. Fue dado de alta seis meses más tarde, después de haber sido sometido a tratamientos que incluían el electroshock.


Colaboran
Facundo R. Soto/ Germán Weissi/ Paz Garberoglio/ Walter Álvarez

Organiza
Ediciones Presente
edicionespresente.blogspot.com

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